1. Comer en un castillo
En la isla de Šolta, este restaurante cambia su carta regularmente en función de los productos de la temporada. Con una gran terraza con vista a la bahía, tiene 170 cubiertos y ofrece las exquisitas preparaciones de Toni Milos, nacido y criado entre ollas y sartenes en la isla vecina de Split. Martinis Marchi también es un hotel boutique con seis habitaciones y una marina. martinis-marchi.com
2. Comprar artesanías en Milna
Con sellos que certifican su producción nacional, en el local Keramick Ukras, en el pueblo de Milna, se venden artesanías en cerámica by Mario Barišin. Casi siempre con motivos náuticos, hay imanes, botellas, campanas, azulejos, tazas y vajilla en general. Parada perfecta para un souvenir. lumenshop.info
3. Esnorquelear en la Gruta Azul
En la islita de Biševo, de sólo cinco kilómetros cuadrados, se puede visitar la Gruta Azul o Cueva Azul. Se entra en un barquito a remo por un hueco entre las piedras y, una vez dentro, se puede hacer esnórquel. Lo ideal es ir cuando los rayos de sol se filtran entre las rocas e iluminan el fondo del mar de un color azul bastante impresionante.
4. Escalar al fuerte de Španjola
En la ciudad de Hvar, vale la pena trepar el sendero empinado hasta la fortaleza Španjola, construida originalmente a principios del siglo XVI y reconstruida en 1579 tras un incendio. Desde lo alto, la vista panorámica alcanza toda la ciudad: el puerto, la bahía repleta de barcos y las islas Pakleni alrededor. Se recomienda visitar especialmente durante la hora del atardecer. discover-island-hvar.com
5. Caminar sobre las murallas
Se puede hacer un recorrido guiado sobre las antiguas murallas de Dubrovnik, con una increíble vista a toda la ciudad, por 100 kunas por persona. Y, de noche, se recomienda usar el teleférico para subir un cerro y, desde allá arriba, ver todo el paisaje iluminado. El round trip cuesta 108 kunas, lo que equivale a unos 15 dólares, aproximadamente.