Quizá uno de los bienes más ansiados y utilizados a lo largo de la historia, el oro, con todo su misticismo, siempre ha motivado a las civilizaciones: desde los incas hasta los egipcios, que descubrieron un increíble parecido entre este metal y el sol. Este culto doble —por el sol y, por lo tanto, por el oro— surgió de la idea de que el astro rey lograba prolongar la vida.
Como protección contra las fuerzas del mal, las reinas del Antiguo Egipto, como Cleopatra, llevaban una serpiente de oro en sus frentes, un elemento que se popularizó en la modernidad, durante los años sesenta, cuando Elizabeth Taylor interpretó a este personaje en la película Cleopatra, llevando suntuosos brazaletes de serpiente diseñados por Bulgari.
Para celebrar el aura incandescente de la última reina, un fascinante personaje apasionado, carismático, provocativo y determinado, Bulgari creó Goldea, una fragancia de Alberto Morillas, cuyo ingrediente principal es el almizcle, una sustancia mítica que cobró fama, gracias a Marco Polo, por ser supuestamente afrodisiaca.
Desde finales del siglo XX, los alquimistas han trabajado en revisar los códigos del almizcle para estilizarlo, pero no fue hasta la llegada de Goldea que sus “voces” lograron unirse con un toque más contemporáneo. Un aroma que resembla un papiro egipcio, pero traído a la modernidad.
- Notas de salida: almizcle, azahar, bergamota y frambuesa.
- Notas de corazón: esencia floral del almizcle suavizada por la elegancia del jazmín.
- Notas de base: almizcle, ámbar y pachuli.
