Cuando hablamos de una ciudad cuyo gobernante ostenta el título de Jeque Jalifa bin Zayed Al Nahayan, sabemos que no se trata de cualquier lugar. Después de Dubai, Abu Dabi es la ciudad más importante de los Emiratos Árabes Unidos. Se trata de una urbe con un crecimiento que contempla nuevos desarrollos dentro de su conjunto de islas.
En este momento se encuentra en desarrollo un plan urbanístico y arquitectónico que busca cristalizarse en 2030, con una serie de complejos que se encaminan a lograr una ciudad sustentable. Hoy día, Abu Dabi presume de espectaculares eventos deportivos y un mercado de lujo que va más allá de los circuitos de Fórmula 1. Si bien la ciudad ha recibido críticas sobre la condición de los trabajadores en empresas públicas y privadas, lo cierto es que el flujo de inversiones parece no tener fin. Una de las más recientes es la edificación del Museo Louvre parisino en Abu Dabi.
El proyecto tiene como idea fundamental ser un museo universal en el mundo árabe, como parte de una alianza entre el gobierno de Francia y el de EAU. La participación de los museos más importantes del país galo, como el Musée d’Orsay y el Centre Pompidou, garantiza una colección de primer nivel, así como una curaduría que se ajustará a la arquitectura del recinto que resultará, en sí misma, una obra plástica.
El diseño del Louvre Abu Badi estuvo a cargo de Jean Nouvel, un arquitecto innovador que cuenta entre sus proyectos el One Central Park, en Sidney, y el Imagine Institute de París.
La construcción del Louvre comenzó en 2013 y es parte de un conjunto de museos en la isla de Saaydiyat. Un domo de 180 metros cubrirá dos terceras partes del recinto; es parte de las formas propias de la arquitectura árabe que se adoptarán a este edificio vanguardista.
Con un presupuesto estimado de 2,400 millones de dólares, este museo universal privilegia la luz como uno de los materiales “intangibles” que tendrán una importancia capital en la estética del complejo. Como ha dicho Jean Nouvel, ganador del Pritzker, “se creará un microclima dibujando sensaciones que han sido exploradas infinidad de veces por la arquitectura árabe, basadas en la maestría del uso de la luz y la geometría”. Se tratará de una estructura “hecha de sombras, movimiento y descubrimiento”.
Los interiores dedicarán 6 mil metros cuadrados a la colección permanente y 2 mil a las exposiciones temporales. Con techos altos y una geometría “estricta”, será un espacio pensado para las obras de arte que se integrarán al encanto del lugar, pues éste será un espacio de gozo visual, de acuerdo con las intenciones de su diseño.
El domo, el mar y los jardines lograrán en conjunto una sensación de calma que tendrá un continuum en los espacios interiores. Un equipo de diseñadores, ingenieros y arquitectos han contribuido para lograr una “museografía de diálogos” en la que el uso de espejos, geometría ortogonal (con curvas suaves) y techos de vidrio en algunas áreas del domo, lograrán esa sensación de tranquilidad que se requiere para contemplar una obra artística.
El museo abrirá sus puertas en diciembre de 2016. Entre las piezas que exhibirá están una máscara teotihuacana de obsidiana y la “Big Electric Chair” (1967), serigrafía y acrílico en lienzo de Andy Warhol. Así de diverso.