En los últimos meses, hemos experimentado una situación nueva y atípica para todos. La contingencia provocada por el COVID-19 nos ha hecho replantear y modificar la forma en la que hacemos muchas cosas, entre ellas viajar. Hoy, más que nunca, es importante mantenernos informados y estar al día con todos los protocolos que nos permiten retomar el ritmo poco a poco.
Más allá de los comunicados de la OMS y los mensajes de la autoridades locales, encontrar fuentes confiables y accesibles actualmente no es nada sencillo. Preguntas como ¿qué tan fácil es contagiarse en un avión? o ¿qué asiento debería escoger? suelen tener respuestas basadas en la opinión de un conocido o una publicación en redes sociales. Afortunadamente, aliados como Aeroméxico han trabajado muy duro para brindar a los viajeros toda la información necesaria, especialmente ahora que la industria ha comenzado a reactivarse.
Recientemente, platicamos con el Capitán Arturo Duhart, quien además de resolver todas nuestras dudas y ser una de las personas con más experiencia en la industria aérea del país, es una de las mentes detrás del Sistema de Gestión de Salud e Higiene (SGSH) de Aeroméxico.
¿Pasillo, ventana o en medio?
Para el Capitán Duhart, no existe ninguna diferencia en el tipo de asiento (ni en el tipo de avión) en el que se viaje. Todas las aeronaves de la flota de Aeroméxico cuentan con un riguroso método de sanitización que incluye a los filtros HEPA (los mismos que se usan en los quirófanos), que eliminan el 99.99% de virus y bacterias.
“Sin importar el asiento que se seleccione, la seguridad es la misma debido al proceso de circulación del aire (cada dos o tres minutos) y el filtrado del mismo. En un estudio reciente realizado por la IATA, se reveló que existe sólo un contagio de coronavirus por cada 2.7 millones de pasajeros en aeronaves. Esto demuestra que la tecnología hoy en día (más los protocolos específicos que implementamos en Aeroméxico) hace que volar en avión sea bastante seguro”.
¿Documentar o equipaje de mano?
En cuestión de higiene, ambas opciones son seguras y los viajeros pueden estar tranquilos de que los protocolos se implementan cuidadosamente en Aeroméxico para proteger sus cosas. Si se elige viajar con equipaje de mano, hay que saber que, al igual que todos los rincones del avión, los compartimentos portaequipaje son sanitizados constantemente, así que las maletas entran en contacto con superficies completamente limpias. Sin embargo, si alguien decide documentar, tiene la tranquilidad de que antes de recibir su equipaje en banda, éste se sanitiza completamente (e incluso viene con un sello para certificarlo).
Sin embargo, el Capitán Duhart sugiere ajustar algunos malos hábitos del pasado: “algo que sí recomiendo es dejar a un lado la costumbre (especialmente de las mujeres) de dejar la bolsa en el suelo del avión, ya que aunque los tapetes también está sanitizados, tienen mayor riesgo de recibir partículas externas de los pasajeros que van subiendo.”
Alimentos y bebidas a 10,000 metros de altura
Durante gran parte de la pandemia, Aeroméxico suspendió el servicio de alimentos y únicamente se limitó a entregar algunas bebidas. Afortunadamente, poco a poco se está regresando (sobre todo en vuelos largos) al servicio completo, con la particularidad de que los alimentos ahora vienen sellados y elaborados bajo las más estrictas medidas de higiene y control, esto para tener trazabilidad completa del producto final. “Los pasajeros pueden consumir sus alimentos con toda la confianza del mundo; sin embargo, algo que veo mucho y me parece adecuado (sólo para tener todavía un nivel mayor de tranquilidad) es que los pasajeros se aplican gel antibacterial o utilizan toallas sanitizantes individuales antes del servicio.”
Viajar de la manera más segura posible
Contrario a lo que mucha gente pueda pesar, dentro del avión existen diferentes factores que limitan la probabilidad de un contagio. Primero, los pasajeros se sientan uno detrás del otro, mirando hacia el frente y con los asientos funcionando como una barrera, por lo tanto se limita la interacción cara a cara. Segundo, dentro de un avión, el aire fluye de arriba hacia abajo, de manera vertical, no horizontal. Si a esto le agregamos los filtros HEPA y el control que se le hace a cada pasajero, viajar en un avión es más que seguro.
“Creo que también hay un gran mito en torno a lo que realmente es un proceso de sanitización. La gente debe entender que no se trata de una limpieza profunda con una toallita, sino en una serie de nebulizaciones que entran hasta el último rincón de la aeronave”, agrega el capitán Duhart.
Más sobre el Sistema de Gestión de Salud e Higiene (SGSH): aquí.
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Fotos: cortesía Aeroméxico.
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