¿De qué color es Oaxaca?
Una forma de ver y conocer Oaxaca es a través de sus colores.
Aquí se come y se bebe, mucho y muy bien; pero también —para compensar— se camina sin descanso entre espacios culturales llenos de historia, jardines repletos de cactáceas, puestos con textiles de todos colores y mercados protagonizados por humo y tasajo.
Lo que debes saber antes de viajar
En la ciudad de Oaxaca, querrás caminar lo más que se pueda. Por eso, lo mejor es hospedarse en el centro para poder desplazarte con mayor facilidad. Hay varias opciones de hospedaje que van desde hoteles de diseño como el Escondido Oaxaca, de Grupo Habita, hasta clásicos como Casa Oaxaca o el Quinta Real. Si prefieres mantenerte alejado y disfrutar de la naturaleza hay opciones un poco más remotas (bueno, a no más de 20 minutos de la ciudad) y en la Sierra, como Casa Bicu.
La Guelaguetza (la última semana de julio) y el Día de Muertos (1 y 2 de noviembre) son grandes momentos para visitar la ciudad. En ambos casos la ciudad se convierte en una auténtica fiesta; sin embargo, es importantísimo planear y reservar con mucha anticipación debido a la cantidad de gente en esas fechas.
Lo imperdible
Un buen punto de partida para explorar Oaxaca es, el Templo de Santo Domingo. Justo enfrente está el Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca (IAGO), que es uno de los muchos legados de Francisco Toledo en la ciudad. Visita alguno de sus dos principales sitios arqueológicos, Monte Albán y Mitla, que están a 15 y 45 minutos del centro de la ciudad. Y también está la ruta infalible de los pueblos artesanos: Teotitlán del Valle (famoso por los tapetes), San Martín Tilcajete (famoso por los alebrijes) y San Bartolo Coyotepec (famoso por el barro negro).
Hay que comer en mercados, como el 20 de Noviembre, el de Tlacolula y la Central de Abastos. Restaurantes memorables: Levadura de Olla, Alfonsina, Casa Oaxaca, Criollo y Las Quince Letras. Y para tomarse un buen mezcal, lugares como Archivo Maguey, El Destilado, Expendio Tradición y La Popular levantan la mano.
Cómo moverse
El aeropuerto internacional de Oaxaca está a 15 – 20 minutos del centro (cuando no hay tráfico). Y un taxi cobra de $150 a $200 pesos por llevarte. Ya estando en el centro de la ciudad, puedes llegar caminando a la gran mayoría de los puntos de interés. Si vas a salir a alguno de los pueblos aledaños, puedes rentar un automóvil en el aeropuerto o ir en taxi.
Una forma de ver y conocer Oaxaca es a través de sus colores.
¿Alguna vez imaginaste que Oaxaca podría ser la “cuna” de los helechos? Oliver Sacks tampoco.
Recorrimos los puestos junto a Jorge León del restaurante Alfonsina.
Jorge León imaginó a Alfonsina en las afueras de Oaxaca, a cinco minutos del aeropuerto, en un lugar que no corresponde a expectativas convencionales, rutas trilladas o lugares comunes.
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