Valle de Bravo

Lo imperdible

48 horas en Valle de Bravo

Desde puestos de antojitos hasta hoteles boutique, he aquí nuestros favoritos.

Calles empedradas, actividades de aventura, hoteles en medio del bosque y un increíble lago son sólo algunas de las razones que siempre nos motivan a regresar a este Pueblo Mágico que se adapta a todo tipo de presupuestos y perfiles.

Lo que debes saber antes de viajar

Como tantos otros destinos de México, Valle de Bravo goza de un clima templado y estable la mayor parte del año aunque, hay que decirlo, en las tardes y noches refresca considerablemente. Es perfecto para visitar en cualquier temporada.

Para hospedarte puedes elegir desde cabañas y casitas en renta temporal de plataformas como Airbnb, hasta hoteles de lujo como Hotel Rodavento, Casa Chichipicas o Posada El Santuario Resort (junto al lago).

Lo imperdible

Un paseo por las calles empedradas del centro (rodeadas de bellas casas antiguas de tejas rojas) es lo primero, ya que te permite conocer sus sitios más emblemáticos, como la Plaza Independencia, la Iglesia de San Francisco de Asís, el Templo de Santa María Ahuacatlán, el mercado de artesanías, el mercado municipal y el Centro Cultural Joaquín Arcadio Pagaza.

En ese mismo recorrido te encontrarás una oferta considerablemente grande (pese a lo pequeño del lugar) de restaurantes, bares, tiendas y galerías.

Para conectar con la naturaleza pocos recorridos más recomendados que el Parque Estatal Monte Alto, la Cascada Velo de Novia y los alrededores del río de Acatitlán. No olvidemos que Valle es el epicentro de las actividades deportivas para los capitalinos en fin de semana y vacaciones: en el lago se puede pasear en lanchas y pequeños yates, además de practicar deportes como esquí acuático, windsurf y veleo, entre otros. A los intrépidos no les faltan oportunidades para volar en parapente y ala delta, también Monte Alto, donde hay posibilidades menos extremas gracias a sus 20 km de senderos para recorrer a caballo, en bici o a pie.

La cocina es un tema importante aquí gourmet y saludable. Desde los helados de Los Alpes, ubicada frente al quiosco, hasta los esquites y las quesadillas de los puestos o los famosos taquitos de Chayo, en el portal. El “Callejón del Hambre” debe el honor de su nombre a su vasta oferta de tacos y es un salvavidas cuando el hambre ataca de madrugada. Yendo un poco más lejos,la barbacoa de Don Manuel, en Amanalco, es ideal para desayunar los domingos. Garden de Walo es un sitio perfecto para probar una cocina con ingredientes locales de gran calidad.

 Cómo moverse 

Para ir, lo más sencillo es por carretera. Saliendo de la CDMX, te tomará unas dos horas yendo por la autopista México-Toluca, tomando una desviación para llegar al pueblo. En el tramo te encontrarás con cuatro casetas de pago (el total ronda los 400 pesos). También puedes ir en autobús, aunque el viaje se prolonga considerablemente ya que sale de la Central de Observatorio, aunque es mucho más económico.

Dentro del pueblo, lo ideal es moverse a pie y de noche o para cubrir distancias más largas, en coche, ya sea propio o taxi local.

Del tráfico de la Ciudad de México a los bosques de Valle de Bravo

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