Hong Kong

Antes de viajar

Hong Kong ha florecido, como un centro financiero internacional pero también en el nivel de calle. Visitar esta ciudad ya no se trata nada más de comer, dormir y comprar en la zona Central. Hay barrios como Sheung Wan, Sai Ying Pun, Wang Chuk Hang y Kowloon que valen toda la pena.

Esta ciudad ofrece una gama sorpresivamente amplia de espacios para dormir. El servicio, que suele ser de primera, combina la hospitalidad occidental con la eficiencia local. Si bien la ubicación siempre es importante, la facilidad de acceso y un transporte confiable abren las opciones para que todos encuentren su lugar ideal.

Lo imperdible

“¿Comiste?” es un saludo chino bastante común, así que no hay que sorprenderse
de que Hong Kong presuma de una gran gastronomía. Probar dim sum, un invento
del sur de China, marca un antes y un después, pero también están los chefs de Occidente, que intentan revelar el encuentro gastronómico de las culturas.

Por las noches, hay que salir por cócteles a alguno de los múltiples bares que te permiten apreciar la grandeza desde esta ciudad desde una terraza elevada. No será difícil encontrar un cóctel clásico preparado con maestría, pero también podrán sorprenderse con mezclas innovadoras, que incluyen licores que parecen venir de tierras distantes a China, como el tequila por ejemplo.

El 70% de Hong Kong no se ha desarrollado. Quienes se aventuran apenas una hora más allá de Victoria Harbour, encuentran bosques, hermosos paisajes costeros y playas desiertas.

Cómo moverse

Desafiamos a cualquiera a encontrar a ciudad donde sea más fácil moverse
gracias a la íntima geografía, los taxis, el buen precio y la velocidad en la que todo ocurre. Es posible recorrer todos los museos y las galerías, mandarse hacer un guardarropa a la medida y, aún tener tiempo para hacer el cruce en la bahía, con el Star Ferry.