¿Cómo se ve el land art en el desierto de Marruecos?
Un artista alemán decidió construir una serie de “edificios” en medio del desierto de Marruecos.
Marrakech es el resultado de mirar la cultura árabe con ojos occidentales. Por eso, resulta tan atractiva para los viajeros: es exótica, voluptuosa y fácil.
Lo que debes saber antes de viajar
Las mejores épocas para ir son otoño y primavera, cuando la temperatura es más moderada. Las lenguas oficiales del país son el árabe y el amazigh, aunque la mayoría de los marroquíes entienden y hablan francés (por haber estado bajo su dominio en el pasado).
La región mayoritaria del país es el Islam, por lo tanto rigen ciertas reglas y costumbres; infórmate antes de viajar, pero no te preocupes, que no es un país extremista. Las mujeres no deben llevar burka ni nada por el estilo, aunque siempre conviene ser prudente con la vestimenta.
Lo imperdible
Pasea por la Medina, la zona amurallada construida en la Edad Media, recorre sus calles laberínticas y haz una incursión por sus mercados (conocidos como “zocos”), como Semmarine, el más grande de la ciudad. Visita el Musée Yves Saint Laurent; construido en 2017, conserva miles de prendas creadas por el diseñador, más bocetos y objetos personales. Recorre las mezquitas y viejos palacios y siéntate a degustar la exquisita gastronomía marroquí en los alrededores de la Gran Plaza de la Medina.
Cómo moverse
El aeropuerto de internacional se ubica a sólo 6 km del centro, y aunque hay un autobús que puede dejarte allí no es un sistema tan cómodo para trasladarse. Un taxi puede costar alrededor de 10 dólares, mientras que un coche rentado está en alrededor de 17 dólares por día.
Ya dentro de la ciudad, lo más práctico es moverse en taxi y en la Medina a pie: las calles son tan estrechas que apenas caben bicicletas y motos. Dentro de los taxis puedes encontrar los “petit”, más frecuentes para viajar dentro de la ciudad, y los grandes, con los que puedes recorrer los alrededores.
Un artista alemán decidió construir una serie de “edificios” en medio del desierto de Marruecos.
La tierra de los masajes, el hammam, los aromas a azahar y menta, los palacios y los jardines secretos. La ciudad vive, con la apertura del Museo Yves Saint Laurent, un placer más, un momento dulce.
Se han convertido en los pobladores más queridos de las calles de la ciudad roja.
Yves Saint Laurent no habría creado las prendas multicromáticas que cambiaron la marca, de no ser por la inspiración en esta ciudad.
Dejarlo todo y arriesgarse a la aventura en pareja es sin duda un sentimiento que todos hemos experimentado. ¿Cuál de estos lugares elegirías tú para hacerlo?
Marrakech es el lugar perfecto para tener lo mejor de ambos mundos.
Dos desayunos inolvidables que tomar en cuenta cuando se visita Marrakech.