Medicina para todos en Pakistán: Sara Saeed

En un país donde la mitad de la población no verá un médico durante toda su vida, un proyecto independiente busca darle la vuelta al problema utilizando la telemedicina. 

17 Nov 2020

©Rolex/Reto Albertalli

Los datos sobre la situación sanitaria en Pakistán son preocupantes: se calcula que la mitad de la población nunca vera a un doctor en toda su vida, mientras que la tasa de mortalidad infantil es una de las más altas del mundo (uno de cada cinco niños no llega a los cinco años). Con una población que ronda los 200 millones de habitantes, y que continúa aumentando, es especialmente difícil que los esfuerzos por ampliar el sistema de salud, tanto del gobierno como de la iniciativa privada, le sigan el ritmo a una población en crecimiento constante.

Hay también otra característica relevante del sistema sanitario de Pakistán: de los 170,000 médicos registrados en el país, alrededor de 63 % son mujeres y sólo 23 %, aproximadamente, regresa a trabajar después de casarse y tener hijos. Esto quiere decir que hay médicos, pero no están atendiendo a pacientes. Es un tema cultural y social que nada tiene que ver con la medicina.

La doctora Mahvish Khalid atiende a una paciente supervisada por la enfermera Tahira Bibiand. ©Rolex/Reto Albertalli

Una oportunidad para las doctoras de Pakistán

Sara Saeed, madre y médica, y laureada asociada en los Premios Rolex a la Iniciativa 2019, lo explica claramente. Para muchas familias, la mejor oportunidad de conseguir un buen matrimonio para sus hijas es con una carrera universitaria, y la de medicina es la más valorada en el país. Muchas mujeres estudian medicina, pues el título las acerca a un mejor matrimonio, pero, una vez que se casan, en la mayoría de los casos se convierten en amas de casa y dejan de ejercer, ya que se espera que se encarguen de cuidar a sus hijos. En ciudades como Karachi o Islamabad esta es una situación común entre muchas mujeres médicas.

Sara Saeed y la enfermera Tahira Bibiand. ©Rolex/Reto Albertalli

Saeed vio en este sistema una oportunidad para devolver a la fuerza laboral a estos cientos de mujeres, conectándolas de manera virtual con centros de salud remotos donde no existe la posibilidad de contar con un médico. Sin descuidar a sus hijos y desde casa, estas doctoras vuelven a trabajar gracias a una herramienta tan común como una computadora o un teléfono. Si bien es cierto que no todas las dolencias y enfermedades pueden atenderse a distancia, sí hay una gran cantidad de consultas de rutina y de enfermedades menores que pueden atenderse a tiempo y sin problema utilizando una computadora.

Sara Saeed pone en contacto a médicas que no pueden salir de casa con pacientes que las necesitan. ©Rolex/Reto Albertalli

El proyecto

Sehat Kahani, el proyecto que Saeed estableció en Karachi, ya ha conseguido abrir 27 clínicas electrónicas a lo largo de todo el territorio pakistaní, atendidas por enfermeras que se encargan de tomar muestras y monitorear a los pacientes, mientras que las médicas lo hacen mediante una conexión remota. En estas clínicas se pueden practicar análisis, ultrasonidos, e incluso proveer de medicamentos si la consulta médica así lo requiere. Sehat Kahani ha probado ser un modelo exitoso para dar atención médica en zonas de pobreza extrema. Se calcula que a la fecha han conseguido atender más de 120,000 casos y se ha beneficiado a más de un millón de personas.

Como una extensión de Sehat Kahani, se creó también una aplicación móvil que permite tener acceso de manera gratuita a un doctor, en cualquier momento del día y desde cualquier lugar. Es tan sencillo como bajar una aplicación al celular y pedir una consulta o hacer una pregunta específica, que será respondida por una médica calificada.

Para Saeed, este ejercicio busca democratizar la medicina en Pakistán apoyándose en esta red de mujeres, quienes reflejan también la realidad de un país donde las diferencias sociales son muy grandes y, por lo mismo, las de oportunidades también. Las niñas que tuvieron oportunidad de educarse y de tener una carrera médica apoyan a aquellas que no lograron hacerlo.

Sara Saeed en una clínica de Sehat Kahani supervisa una cita. ©Rolex/Reto Albertalli

Sehat Kahani continúa consolidándose y creciendo mientras amplía su alcance, al trabajar también en labores de prevención, educación y empoderamiento de las mujeres en las comunidades, y al ofrecer alternativas de salud mental. Aunque es cierto que el caso de Pakistán tiene una serie de características irrepetibles, el uso de la tecnología y de la telemedicina bien podría funcionar en otros países con situaciones similares, donde hay zonas rurales o poco accesibles que no tienen buena cobertura médica.

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