Un paseo por los jardines botánicos más icónicos de México

En un país que lo tiene todo, los jardines botánicos son parte importante de la historia. Y es que desde tiempos antiguos los jardines ya ocupaban un lugar muy especial en la vida diaria de los nativos.

Oaxtepec era un jardín en Morelos donde los gobernantes se refrescaban y disfrutaban de las bondades de la tierra sembrando plantas curativas. Se dice que la construcción de éste estuvo a cargo de Maximiliano I en 1440.

Inspirado en la historia, hoy daremos un recorrido por algunos de los jardines más icónicos del país.

La ciudad de la eterna primavera

Siendo uno de los destinos más populares para los capitalinos, Cuernavaca cuenta con un jardín que fue construido en la época del virreinato por el minero José de la Borda.

Borda tenía muchos planes detallados para construir este jardín como una iglesia pequeña terminada poco antes de su muerte en 1778.

A pesar de su fallecimiento, la construcción continuó y en 1784 finalizó la obra.

Este jardín está ubicado en la casona que Maximiliano de Habsburgo y Carlota adoptaron como casa vacacional en 1865.

A partir de ese momento, el jardín se convirtió en un reflejo de la elegancia y la opulencia de la época virreinal.

Dentro del jardín hay un lago artificial, fuentes y piscinas que contrastan perfecto con los árboles frutales que los rodean.

Entre flores de jacaranda, mangos criollos, hoja santa y el árbol de colorín, sobresale el estilo propio de los jardines franceses del siglo XVIII; sin embargo, en la arquitectura del Jardín Borda también encontramos estilos de barroco italiano y versallescos.

Este recinto cuenta con distintas actividades en las que destacan su taller de pintura, escultura y artes plásticas, así como shows de danza, teatro y música.

Un lugar ideal para relajarse y disfrutar de un día cálido rico en cultura.

Ubicado en Av. Morelos 271, Cuernavaca Centro, el Jardín Borda está listo para recibirte de martes a domingo a partir de las 10 hrs.

Dualidades y antagonismos

Un jardín botánico con más de tres mil metros cuadrados de arte llama la atención de cualquiera.

El 22 de febrero de 1909 la construcción de este espacio le dio lugar al popular mercado 16 de septiembre de la época.

Se inició como un homenaje a los 100 años de la Independencia de México. En donde Manuel Arriata con su diseño e influencia de art nouveau planificó el proyecto.

En 1975 decidieron cambiar el giro y hacer un jardín botánico en el que se aprovecharon los grandes ventanales y se convirtieron en lo que ahora conocemos como Cosmovitral.

Construyendo el vitral no religioso más grande del mundo, el artista mexicano Leopoldo Flores en compañía de 60 artesanos plasmó una obra monumental donde representa las dualidades y antagonismos de la vida: la vida y la muerte así como la noche y el día.

71 patrones vitrales, 75 toneladas de estructura metálica y 25 toneladas de vidrio soplado -con 28 colores diferentes- importado de Europa, Asia y Norteamérica forman este Cosmovitral.

Claro, el jardín botánico alberga cientos de especies de plantas nacionales como las orquídeas mexicanas y las internacionales como el árbol Araucaria de Chile.

Ubicado en Av. Sebastián Lerdo de Tejada S/N, Toluca de Lerdo, este llamativo jardín abre sus puertas de martes a domingo a partir de las 10 hrs, los domingos la entrada es gratuita.

Homenaje a la creación del mundo

En la comunidad huichol, wirikuta es un lugar sagrado donde nació el sol. Un desierto de más de 140 mil hectáreas que alberga a cientos de especies endémicas y se encuentra en San Luis Potosí, México.

El botánico austriaco Josef Schrott se inspiró en la comunidad huichol y en la cosmogonía sagrada de Wirikuta para crear un icónico jardín botánico.

Con más de un millón de cactus y plantas desérticas el jardín se convierte en una inesperada parada en el Puerto Los Cabos.

Dentro de éste hay un laberinto de 700 metros formado por más de mil bugambilias bonsai, donde -según la leyenda- las personas que lo recorren encuentran las respuestas a todas sus preguntas.

También existen tres pirámides con un vibra singular, construidas con piedras y siete niveles que simbolizan el centro ceremonial huichol. Donde, de acuerdo con los visitantes, podrías inspirarte para participar en un ritual y fusionarte con el entorno.

El jardín botánico Wirikuta además de ser un espacio que alberga cientos de cactus, es un lugar donde se preserva la vida de especies endémicas e internacionales.

Además se cree que por ser plantas sobrevivientes a las altas temperaturas del desierto cuentan con beneficios medicinales, así como con energía especial que te ayuda a conectar con el universo.

Dentro del jardín Wirikuta encontrarás esculturas de artistas como: Leonora Carrington, Manuel Felguérez y José Luis Cuevas.

La recomendación es llegar a primera hora del día para disfrutar del clima y conocer el jardín a pie o con tu bicicleta. Cualquiera de las dos opciones te brindará una experiencia mágica.

Ubicado a siete minutos de San José del Cabo este jardín botánico abre sus puertas a partir de las 8 hrs.