El vino se ha convertido en un motivo para viajar. Mientras que antes era un buen añadido, algo más para conocer en cada destino, ahora es un atractivo en torno al cual se crean itinerarios completos. El etnoturismo es parte del creciente interés de los viajeros por tener acceso a experiencias culturales auténticas que compañías como la consultora global McKinsey o la plataforma digital Expedia han detectado como una de las principales motivaciones para viajar en años recientes.
Con ello, regiones vitivinícolas de todo el mundo han crecido para convertirse en destinos populares. Algunos lugares que décadas atrás no despertaban mayor interés entre los viajeros, como Valle de Guadalupe o Kajetia, en Georgia, se han puesto en el mapa gracias a su vino. Y sitios como Oporto o Sicilia, que siempre han sido populares, son ahora aún más atractivos.
La industria del vino ha tomado nota y, además de su producción, ha empezado a desarrollar su propia oferta de hospitalidad. Desde las bodegas que abren sus puertas a los viajeros interesados, con recorridos y catas, hasta la creación de proyectos gastronómicos completos y, desde luego, alojamientos entre las viñas.

Los hoteles en viñedos son cada vez más comunes y en realidad tiene todo el sentido. Una estancia de un par de días en una bodega es la inmersión perfecta al mundo del vino, ideal para conocer sus procesos y probar y aprender a distinguir sus variedades. Pero también son refugios naturales, entre pequeños pueblos dedicados a la agricultura y hectáreas de campo. Perfectos para los amantes del vino y para quienes apenas ingresan en este mundo, hicimos una lista de algunos hoteles en viñedos que queremos visitar pronto.
Cavas Wine Lodge
Cuyo, Argentina
El oeste de Argentina se ha convertido en una de las regiones vitivinícolas más activas de América e incluso del mundo. Aunque de aquí siempre ha salido la gran mayoría del vino argentino, en los últimos años su reputación ha crecido junto con su infraestructura, incluyendo nuevas joyas gastronómicas y hoteles donde, desde luego, el vino aún es el protagonista.
Es el caso de Cavas Wine Lodge, parte de la colección de Relais & Chateaux. Un hotel boutique de 18 villas, de al menos 83 metros cuadrados, construidas entre las 14 hectáreas de un viñedo. La propiedad tiene una extensa cava subterránea provista con etiquetas propias y de las bodegas vecinas, un spa y un restaurante orgánico con ingredientes sembrados ahí mismo. Por su ubicación privilegiada, también es posible hacer excursiones a pie o en bicicleta a las montañas más cercanas de los Andes, que pueden verse desde la terraza de la habitación.

Boschendal
Franschhoek, Sudáfrica
Rodeado de una imponente cadena montañosa y densos bosques, el valle de Drakenstein no es exactamente el panorama que uno esperaría ver en África. Sin embargo, por su clima variado además de su histórica influencia europea, aquí, a menos de una hora de Ciudad del Cabo, se ha formado una de las regiones vitivinícolas más importantes de Sudáfrica.
De hecho, Boschendal es un viñedo con más de tres siglos de historia, uno de los más antiguos del país. En todo ese tiempo han perfeccionado la producción de sus etiquetas, sobre todo son famosos por sus complejos vinos blancos, pero también han transformado los viejos edificios de la propiedad en extensas villas con espacio hasta para 12 huéspedes y alberca privada.
Seeleiten
Caldaro, Italia
La cultura de esta parte de Italia, donde las poblaciones empiezan a surgir en terrenos cada vez más altos y quedan más cerca de Salzburgo que de Roma, se debate entre influencias que llegan de Austria, Suiza, Alemania y otros lugares de Italia. Lo mismo sucede con su vino, que se ha hecho de un carácter multifacético, con variedades de uvas y técnicas alpinas que crecen bajo el sol mediterráneo.
En medio del lago de Caldaro, un cuerpo de agua turquesa entre montañas, la imagen tirolesa por excelencia, de pronto surge una llamativa y moderna estructura de madera que no se parece a las pintorescas casas de alrededor. Seeleiten es un hotel que complementa la tradición del vino y la profunda naturaleza de la región, con una estancia dedicada al wellness, en completo descanso. Los días se pasan entre el spa, las varias albercas y la playa privada con acceso al lago, además de experiencias en torno al vino que se produce en la propiedad y visitas a bodegas cercanas.

Hotel Marquès de Riscal
Elciego, España
La Rioja es una de las regiones vitivinícolas con mayor tradición y reputación en el mundo. El cultivo de la vid, que predomina en el paisaje, impregna la cultura y sustenta la economía local, empezó aquí desde tiempos prerromanos. Hablamos de un lugar donde abundan los tintos clásicos, envejecidos en barrica, con muchos taninos. Hechos a la vieja usanza.
Entre toda esa tradición está el Hotel Marquès de Riscal. Una estructura de vigas metálicas voladas que parece una copia miniatura del Guggenheim de Bilbao, ambos diseñados por el famoso arquitecto Frank Gehry. El hotel contrasta con las bodegas del siglo XIX, donde los vinos de Marquès de Riscal se añejan en barricas. Los huéspedes pueden probarlos en catas y conocer el proceso de las uvas caminando entre los viñedos, además de pasearse por el cercano pueblo de Elciego.
Château de Fonscolombe
Le Puy-Sainte-Réparade, Francia
Las colinas de la Provenza guardan todo lo que se espera de la campiña francesa: pequeños pueblos, campos de lavanda y buen vino. Predomina la producción de rosados que, al igual que los blancos, suelen ser conocidos como frescos y aromáticos, mientras que los tintos son vinos de cuerpo completo, ideales para añejar.
El Château de Fonscolombe está a la altura de la fantasía del campo francés. Un castillo de principios del siglo XVIII que recientemente se reformó para convertirse en un hotel boutique de 50 habitaciones con vistas de unos amplios jardines y a los campos de la Provenza. En Fonscolombe además se dedican a la producción de vino ecológico, con etiquetas rosadas, blancas y tintas que pueden probarse en catas o en L’Orangerie, el restaurante de la propiedad inspirado en la cocina provenzal tradicional.

Banyan Tree Veya
Valle de Guadalupe, México
En Valle de Guadalupe todo gira alrededor del vino. De unos años para acá, la industria ha crecido con sus bodegas más grandes y algunos proyectos emergentes que van dejando huella. Paralelamente, el valle se ha llenado de vida, con una escena gastronómica de clase mundial y nuevos hoteles.
El grupo hotelero Banyan Tree hace poco abrió esta propiedad enfocada en el bienestar, pero sin ignorar el panorama local. Las 30 modernas villas diseñadas por Michel Rojkind están rodeadas por filas de viñas de la vinícola Pictograma, una bodega joven que está experimentando con uva grenache.

Quinta da Pacheca
Lamego, Portugal
Aunque los vinos portugueses son históricamente famosos por la producción de oporto del valle del Duero, una de sus principales regiones vitivinícolas, también salen otros vinos de mesa reconocidos por su diversidad y el perfil clásico de las uvas locales.
Quinta da Pacheca es una de las bodegas más antiguas de la región. Se han encontrado registros de la existencia del viñedo desde el siglo XVI y en sus más de 75 hectáreas se cultivan uvas para una producción de aproximadamente 200,000 botellas al año. En 2004, la propiedad hizo espacio para un hotel boutique de 15 habitaciones al renovar una antigua mansión, además de reutilizar algunos grandes barriles para convertirlos en acogedoras cabañas.
