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Regiones vinícolas menos conocidas que vale la pena explorar

Las tendencias que veremos este año en vinos se pueden resumir en la idea “lo viejo ahora es nuevo”.

POR: Mariana Camacho

El Día del Vino Mexicano celebrará el crecimiento y el potencial de la industria vinícola en el país. Foto: Diego Berruecos.

Los portafolios de vino antes se quedaban centrados en las zonas productoras más conocidas del mundo. Sin embargo, hoy abarcan un mapa mucho más extenso y, al mismo tiempo, más especializado. Los importadores como Roberto Curiel o el proyecto de Vinos Amparo –empresa hermana del wine bar Vigneron en CDMX–, se centran en ciertas zonas y varietales. Su especialización se enfoca en proyectos familiares o de pequeños productores europeos. Se trata esas joyas escondidas de regiones reputadas como Champaña, Burdeos o Borgoña, en el caso de Francia. Pero también incluyen varietales autóctonos, poco conocidos o subvaluados en el pasado.

Así, en México ahora es fácil conseguir vinos de Austria, (para los fans de la uva grüner veltliner). Y ya no es una rareza encontrar riesling de Alemania, verdicchio de Italia ni vinos de regiones menos conocidas de España y Francia. Éstas son algunas recomendaciones de nuestros expertos.

Vinos de Fronton

Esta zona en el suroeste de Francia tiene sólo 2,400 hectáreas de terreno dedicadas a la viticultura. En esta extensión, los vinos se cultivan en terrazas con suelos de arcilla, pedregales y zonas de grava. Aquí se producen vinos de uva negrette, una variedad de baja en tanicidad y acidez. Con ella se elaboran rosados, generalmente afrutados, especiados, y tintos con una distintiva nota de violetas. Aunque hay ejemplares 100% negrette de esta región, también hay mezclas con syrah o cabernet sauvignon.

Vinos de Madrid

La denominación de origen de los vinos de Madrid fue creada en 1990. Desde entonces, apenas 30% de su producción se exporta fuera del territorio. Para darse una idea del tipo de vinos que se producen, el sommelier Juan Pablo Jiménez sugiere echarle un ojo al proyecto Comando G. Se trata de un grupo pionero en la producción de vinos de esta zona, aprovechando la garnacha y el suelo de granito en la sierra de Gredos.

“Comando G es grupo de revolucionarios en el mundo del vino de España”.

Juan Pablo Jiménez, sommelier

De este cónclave, Juan Pablo también sugiere probar Cinco Leguas, un proyecto de Mac Iriart (ex Comando G). Los vinos se elaboran a partir de viñas olvidadas de las variedades autóctonas tinto fino y blanca malvar. “Son vinos de poca intervención. En lugar de tanques de acero inoxidable usan huevos de concreto y levaduras autóctonas –añade–. En la zona de Madrid hace mucho calor, así que a sus vinos tintos le ponen uva blanca”, para obtener mayor frescura”.

Valle del Loira

E las últimas tres décadas, el valle del Loira se convirtió en el epicentro del movimiento de los vinos de poca intervención en Francia. Conocida por sus châteaux y sus sauvignon blancs, los enólogos de esta zona encontraron una tierra mucho más accesible que en otras regiones del país. A eso se le suma que en el Loira se producen vinos de una acidez fantástica.

Vinos de la montaña

Aunque cultivar vides en las montañas tiene grandes retos, hay regiones catalogadas como vinos de la montaña en Europa. Estos ahora están abriendo brecha y cautivando al mundo. Son vinos elaborados a gran altitud, como Saboya en Francia, Alto Adigio y el valle de Aosta en Italia, pero también en Suiza y el Jura.

“Son el futuro. Son vinos que además son bajos en alcohol y creo que algo que está sobre los 11 grados es lo ideal. Vamos por la altura”.

Phillipe Bouchacourt, fundador de Iznogood

Allí la vid crece a temperaturas más frescas, un factor importante. Aunque no se mencione con frecuencia, el calentamiento global también está afectando a ciertas zonas vinícolas.

 
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