En 2014, tres diseñadores industriales y una arquitecta, trabajando junto a varios carpinteros, se unieron con un proyecto en mente: la creación de productos de diseño con madera certificada o de rescate.
¿Qué significa esto? En el caso de la madera de rescate, utilizan piezas limpias que por alguna razón desecharon y pensaban quemar. En el caso de la certificada, el material que se usa proviene de bosques ordenados de manera sostenible, con prácticas respetuosas del medio ambiente. Así, cuando uno compra alguna de sus piezas, puede tener la tranquilidad de que fue elaborada a mano, de forma responsable y con materiales cien por ciento mexicanos.
En un principio los objetos estaban diseñados para los niños: la madera no tiene acabados ni químicos para que puedan interactuar —ver, tocar, oler— con ella sin estar expuestos a ningún peligro. Digo que “en un principio” porque yo no le pondría ninguna objeción a tener uno de sus aviones, barcos, libreros o juegos de ajedrez, entre otros productos, en mi sala. Los diseños están tan cuidados, que más que juguetes parecen adornos. Un adorno sumamente pedagógico, quizá.
Cada juguete, además de pasar por un riguroso proceso de calidad, se pone a prueba, supervisados por expertos en educación, frente a niños, quienes evalúan de forma interactiva las propuestas y, por su trabajo, obtienen una pieza de regalo.
Para cerrar el ciclo, y devolverle a la tierra lo que les dio, al comprar sus productos te regalan una semilla de árbol ayacahuite, que puedes hacer crecer en casa y después trasladar a un lugar más amplio. Así como los árboles, Nuju también es irrepetible. nuju.mx, Facebook: nujumexico, @nujumexico