Desde hace algunos años escuchamos que cada vez más lugares reciben el término de Pueblo Mágico debido a su oferta natural, cultural o arquitectónica. Tal es el caso de Valle de Bravo, Loreto, Bacalar, Orizaba, Papantla, solo por mencionar algunos de la amplia lista que el gobierno de México ha creado.
Sin embargo, ¿te has detenido a pensar cuál fue el primer Pueblo Mágico de México? Gracias a su ubicación, la rica flora y fauna que lo rodea y la calidez de sus habitantes, Huasca de Ocampo fue nombrado el primer Pueblo Mágico de la República Mexicana.
Su nombre original es Huascazaloyam y su arquitectura está repleta de historia. Lo primero que notarás son sus calles empedradas y casitas de colores que te transportarán directo a otra época. El corazón del pueblo es su Iglesia de San Juan Bautista, así como los Prismas Basálticos, una escultura natural que sorprende a cualquiera.
Las antiguas haciendas que rodean Huasca son como ventanas al pasado pues estaban llenas de actividad minera en donde la plata reinaba y hacían trabajo agrícola, pero ahora algunas de ellas han sido convertidas en hoteles boutique y centros culturales.
Además, este pueblo es conocido por el Festival de la Luz y la Vida, una fiesta que honra la naturaleza con luces, música y tradiciones. Se lleva a cabo en noviembre y presenta desfiles, música, danzas y exposiciones artísticas que destacan la riqueza cultural y natural de la región.
En cuanto a su gastronomía, puedes probar platillos como las carnitas, la barbacoa, el mole y el zacahuil, un tamal gigante cocido en hojas de plátano.
Lo mejor de visitar este pueblo mágico es que también podrás conocer otros lugares a los que vale la pena ir por lo menos una vez en la vida: las Peñas Cargadas, el Parque Nacional El Chico y Real del Monte.