¿Por qué no es bueno quitarse los zapatos en un avión?

Los viajeros frecuentes saben bien que volar implica una serie de cambios físicos. Desde oídos tapados, hasta el sabor alterado de la comida, la experiencia de estar a 40,000 pies de altura es todo un tema. Una de las secuelas más comunes e incómodas de volar es la hinchazón en los pies, por lo que muchos pasajeros optan por quitarse los zapatos, sobre todo en vuelos largos.

Sin embargo, quizá no sea lo más recomendable. Más allá de la comodidad, mantener los zapatos puestos durante todo el vuelo podría ayudarte a evitar situaciones poco agradables. ¿La razón? Las cabinas de los aviones no son tan limpias como podrías pensar.

La limpieza en las alturas

Aunque el aire que se respira en el avión es filtrado y muy limpio, lo mismo no puede decirse de las superficies que te rodean. La limpieza de las cabinas varía enormemente dependiendo del tiempo disponible entre vuelos. En muchos casos, las limpiezas profundas solo ocurren cada cuatro o seis semanas, dependiendo de la aerolínea.

Entre esas limpiezas profundas, las alfombras solo se aspiran si hay tiempo, y las manchas de comida, bebidas o fluidos corporales se limpian de manera superficial. Esto significa que las zonas donde podrías pisar pueden estar llenas de bacterias, virus y hongos que incluso representan un riesgo de infección.

A raíz de la pandemia de COVID-19, las aerolíneas incrementaron el uso de desinfectantes y aplicaron rutinas de limpieza más detalladas. Sin embargo, a medida que los viajes aéreos han vuelto a la normalidad, muchos temen que las aerolíneas regresen a sus antiguos hábitos de limpieza.

Además de mantener los zapatos puestos, es recomendable llevar toallitas desinfectantes. Las mesas plegables y los reposabrazos son algunos de los lugares más sucios en el avión, siendo las mesas plegables las más contaminadas. Limpiar estas superficies al subir al avión puede ayudarte a evitar el contacto con gérmenes y mantener tu espacio lo más higiénico posible. Además, es importante evitar poner tus pies descalzos sobre estas superficies, por cortesía hacia los demás pasajeros.