El Museo de Arte Moderno, también conocido como MAM, cuenta con obras que han sido clave en la historia del arte mexicano provenientes de la Escuela Mexicana de Pintura, artistas de la modernidad de la primera mitad del siglo XX, así como donaciones de colecciones privadas.
Inaugurado el 20 de septiembre de 1964, el MAM se ha convertido en el recinto para dar a conocer nuevas tendencias artísticas, tanto conceptuales como abstractas.
En cuanto a la arquitectura del museo, estuvo a cargo de Pedro Ramírez Vázquez y Rafael Mijares, quienes con su forma irregular y asimétrica quisieron representar la modernidad en general. Sus salas cuentan con una curvatura muy específica que tiene como objetivo crear espacios continuos y fáciles de recorrer. Los vidrios que lo rodean se instalaron para aprovechar la luz natural y su ubicación en el Bosque de Chapultepec fue clave para los principios de la arquitectura paisajista.
La Espina – Raúl Anguiano
El tapatío forma parte de la segunda generación de muralistas de México y fue uno de los fundadores del Taller de la Gráfica popular. Su obra se considera realista y toca temas socio-políticos. La Espina es una obra que se remonta a una memoria personal en donde recuerda un viaje que hizo a Bonampak en la selva Lacandona y María, su guía, se clavó una espina.
Sin título (Mujer Ángel) – Graciela Iturbide
Considerada una de las fotógrafas mexicanas más importantes de los 80, su trabajo se centra en la cultura y la vida cotidiana que viven los pueblos y comunidades de México. Esta fotografía conocida como Mujer Ángel, forma parte de una serie de imágenes que documentó durante un viaje que hizo a la comunidad Konkaak en el desierto de Sonora y con quienes vivió durante un mes.
Las dos Fridas – Frida Kahlo
La artista pintó esta obra durante su separación de Diego Rivera, en donde plasma el profundo dolor que sentía y hace la comparación de las dos mujeres que era con y sin el pintor. La pintura está llena de elementos que expresan lo que atravesaba en ese momento, como el cielo nublado de fondo o las manos que unen a las dos mujeres como acto de sororidad.
The Three Ratcomin – Leonora Carrington
Originaria de Inglaterra, su obra es una mezcla de surrealismo, poder femenino, mitología de todo el mundo, así como el estudio de diferentes corrientes como la Cábala o el judaísmo. En esta obra, Carrington a plasma seres enigmáticos que protagonizan escenas cargadas de misticismo.
La Manda – Carlos Orozco Romero
Carlos Orozco es conocido principalmente por dos cosas: por el grabado y por ser uno de los precursores del muralismo mexicano. Fue uno de los primeros artistas nacionales que innovó combinando el arte popular con lo prehispánico, así como corrientes europeas. La Manda tiene un enorme valor cultural en la historia del arte mexicano debido a que, a pesar de estar relacionada con el surrealismo, es una pintura que aborda la tradición popular.
La Nube – Luis Ortiz Monasterio
Esta escultura forma parte de un conjunto de obras inspiradas en culturas prehispánicas y sus técnicas de ornamentación. Las obras de Ortiz Monasterio destacan gracias a los elementos vanguardistas que impulsaron la renovación escultórica en México.
Retrato de Lupe Marín – Diego Rivera
Con su estudio de fondo en San Ángel, Lupe Marín (modelos de varios murales de Rivera) posó para el artista acompañada de joyas prehispánicas. Un elemento importante del cuadro es el espejo que le da un toque fantasioso gracias a que se replica la imagen de Marín.
Nuestra Imagen Actual – David Alfaro Siqueiros
La imagen plasma un hombre con cabeza de piedra y con manos extendidas que hace referencia a la tradición prehispánica pero que mira hacia el futuro. Aunque es una pieza de 1947, desde 1945, Siqueiros se dedicó a hacer una compilación de obras que tenían como objetivo impedir la decadencia del arte.
Músicas dormidas – Rufino Tamayo
La semiabstracción, así como la exploración de color que hizo son dos elementos que caracterizan la obra de Tamayo. Su innovación lo llevó a ser uno de los artistas más reconocidos a nivel internacional. En Músicas dormidas, Tamayo cuenta una historia personal: su anhelo por tocar un instrumento.
Mujer saliendo del psicoanalista – Remedios Varo
Esta obra es una escena protagonizada por una mujer que acaba de salir de una sesión con su psicoanalista y representa la ligereza que se puede sentir cuando te liberas de tus pesares. Tiene varios elementos que apuntan a los doctores Sigmund Freud, Carl Gustav Jung y Alfred Adler, su yo del pasado y como tira en un pozo los pensamientos que le quitaban la calma.
