Monte Xanic presenta Calixa Syrah

El Valle de Guadalupe es una región privilegiada por el clima —a sólo 16 kilómetros del mar—, donde las corrientes marinas de Alaska refrescan los viñedos y los cubren de una brisa apenas perceptible, lo que propicia el nacimiento de vides de buen tamaño y con un dulzor ideal. Pero no siempre fue así.

En 1987, el doctor Hans Backhoff Escudero se juntó con cuatro amigos para crear una marca que dignificara al vino mexicano. Fue en Baja California donde encontró su tierra desértica prometida: un espacio apenas ocupado por menos de una decena de casas productoras. Hoy, su hijo es quien dirige la empresa, cuya visión sigue siendo la de crear un vino 100% mexicano, con el máximo esmero en los procesos.

Claudia Juárez es la nueva sommelier de Monte Xanic. Ella se encarga del laboratorio y de supervisar los procesos de calidad: “Te puedo decir de qué cosecha salió cada botella, en qué barrica estuvo, el tiempo de maduración de su uva y hasta en qué transporte viajó”, asegura, mientras nos muestra su laboratorio. “Somos la única vinícola que tiene ese nivel de control”.

Monte Xanic produce vinos de cuatro grupos: Monte Xanic, Calixa, Ediciones Especiales y Gran Ricardo, todo un clásico y uno de los preferidos por los auténticos conocedores.

El nuevo miembro de la familia: Calixa Syrah de Monte Xanic

Tuvimos la oportunidad de probar la nueva producción de Calixa, uno de los tintos preferidos de Monte Xanic. Calixa Syrah es un vino joven y suave, con notas frutales y un regusto a pimienta. Es un vino ideal para poner en la mesa y compartirlo, debido a que tiene una buena acidez y los taninos —que además de dar el color al vino también le dan el grado de acidez— son suaves con el paladar. Una buena opción para un público joven.

La añada de este Calixa es 2014 y saldrá a la venta en los próximos meses. Hans Backhoff padre cuenta que, en una ocasión, un reconocido sommelier le reveló lo que realmente califican en los concursos. “Mira”, le dijo, “para que un vino pueda ganar una medalla sólo necesitas lograr una cosa: que después de la cata se te antoje tomarte otra copa”. Seguro que el nuevo Calixa, al menos, se llevará la medalla del público.

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