El oro líquido del Caribe
Para festejar su 150 aniversario, Ron Matusalem presenta Matusalem XO, un ron premium que combina los mejores rones añejos de la casa.
POR: Ivett Rangel
Se dice que los mejores cantantes, el mejor son, y especialmente, el mejor ron, son de Cuba. De la caña de azúcar se destila una de las historias con más sabor y tradición de ese paraíso tropical: el ron Matusalem, el cual este año celebra su 150 aniversario con el nacimiento de una verdadera joya líquida. Dorado como el sol del Caribe, Matusalem XO es una exclusiva combinación de los mejores rones de la casa, esos que encuentran su añejamiento primero en barricas de roble americano entre 5 y 25 años y después, durante 18 meses, en selectas barricas de vino Sauternes.
Solo el tiempo logra madurar en su punto exacto al más perfecto ron. Matusalem nació en una época dorada en la que solo celebridades y millonarios acudían hasta este paraje para disfrutar de los mejores placeres frente al mar. Dos hermanos provenientes de España, Benjamín y Eduardo Camp, junto con su socio Evaristo Álvarez, usaron sus conocimientos en destilación y mezcla en jerez, coñac y vino para crear la receta de un ron que permitiría paladear el espíritu cubano, el Matusalem.
Con él, desde 1872 en Santiago de Cuba, se encargaron de seducir a propios y extraños alrededor del mundo, generación tras generación, con su sabor incomparable. Matusalem XO, la nueva joya de la casa, se distingue a primera vista por su notable diseño. La botella de tonalidad ámbar presume con elegancia el grabado de una golondrina, la cual ha acompañado a la marca desde sus inicios. Y la tapa talla en madera habla por sí sola de la tradición que ha caracterizado a Matusalem.
De fino gusto
En el interior se resguarda un ron añejo que cautiva con aromas a ciruela pasa, vainilla, jerez y frutos secos; y en boca se despiertan los sabores más complejos a madera, tabaco y caramelo quemado.
Actualmente, Matusalem XO se elabora en República Dominicana con aquella receta que los creadores desarrollaron, y que ha permanecido inalterada, en Cuba desde 1872. Por eso, el sabor a paraíso del Caribe permanece.
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