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Los de la calle: puestos de comida en todo el mundo

Postales de comida de puestos y calles de México y el mundo.

POR: Andrea Tejeda K.

Foto: Andrea Tejeda K.

Hace varios meses decidí ordenar parte de mi archivo fotográfico, un ejercicio que llevaba tiempo sin hacer y que me hizo revisitar una sección en la cual tenía agrupadas fotos de varios años que tomé sin un proyecto particular en mente, sin la presión de una fecha de entrega o una asignación particular.

En esta sección caben las fotos que tomo cuando salgo con cámara en mano para retratar aquello que me va llamando la atención del horizonte, lo que, tratándose de mí, puede ser lo mismo la cara de una persona desconocida que una bolsa de papel estraza sobre la nieve.

Encontré cosas que pude ir catalogando como retratos, paisajes, todo tipo de naturalezas muertas, bodegones, hombres solos, arquitectura, sobremesas, ruinas, etc., etc., etc. Luego llamó mi atención la inmensa cantidad de fotografías callejeras que encontré.

Un compilado en el que aparecen carros, carretas, carretillas, combis, mesas, troncos, puestos y puestitos, lonas, nichos, bicicletas, huequitos, garajes, asadores, canastas, bolsas, cajas, cubetas, petates y manteles resguardando algún tipo de comida. Ése es el hallazgo que quiero compartir aquí.

Los Milanesos, Ciudad de México, México

Foto: Andrea Tejeda K.

Sobre el camellón de la calle Glaciar, en Olivar de los Padres, un tumulto se aglutina frente a una carpa con dos cazuelas gigantes llenas de aceite caliente, una mesa con tablas para cortar, platos de colores, tortillas y salsas varias. Salen las milanesas, sale el jamón, sirven los guisados. Esos tacos deben estar buenísimos.

Canastos de fruta, Antigua, Guatemala

Izq.: canastos de frutas en Antigua. Der.: rosquillas en cerro Monserrate, Colombia. Fotos: Andrea Tejeda K.

Recuerdo Antigua como una ciudad colonial entre volcanes, con monasterios y muchas casas pintadas de colores. Calles empedradas por las cuales caminan mujeres con cestos en la cabeza llenos de frutas frescas para vender.

Naranjas, Beirut, Líbano

Caminar de noche por el centro de Beirut. A unos metros se ven los minaretes y el domo azul de la mezquita Mohammad Al Amin. Cruzo la calle hacia la Plaza de los Mártires y en la esquina, en completa oscuridad, identifico a un hombre sentado detrás de una tabla apoyada sobre una base. Pasa un coche con las luces prendidas, las naranjas se iluminan.

Foto: Andrea Tejeda K.

Pescados, Corniche Al Manara, Líbano

Caminé cinco kilómetros sobre la costa de Corniche Al Manara. Del lado derecho, el Mediterráneo; del lado izquierdo, Beirut; de frente y a lo largo de mi caminata, canastas con manzanas, carritos de elotes asados, platos con pistaches y limones, carretas con simits, cajas de dulces y, sobre el andador, telas extendidas en el piso con los pescados frescos más hermosos que he fotografiado.

Foto: Andrea Tejeda K.

Rosquillas, cerro de Monserrate, Colombia

Un puesto de rosquillas colombianas, con el mismo grado de inclinación que los cuerpos de los peatones que decidieron subir el cerro de Monserrate caminando.

Obleas, centro de Bogotá, Colombia

Sobre Calle 11 y bajo la sombrilla de un pequeño vehículo, dos mujeres venden “Ricas obleas con dulce de Mora y arequipe cacero (sic)”. Detrás de ellas, la Catedral Primada de Colombia.

Simits, El Cairo, Egipto

Izq.: mazorca asada en Colombia. Der.: simits de Egipto. Fotos: Andrea Tejeda K.

Recuerdo el zoco Khan El-Khalili como un bazar hermosamente abrumador. Había tantas cosas sucediendo a la vez que era difícil elegir en dónde fijar la mirada y la escucha. Un hombre cargando simits en la espalda pasó frente a nosotros y toda mi atención se volcó sobre él. Lo paré y le pedí que me diera una; después de pagarle le di la primera mordida. El hombre me miró fijamente y me dijo sonriendo: “You happy, me happy”, y siguió su camino.

Jugos, Campeche Puerto, México

Es la una de la tarde en Campeche Puerto y el sol peninsular se extiende sobre todas las superficies. En el Parque Principal, debajo de la sombra de un árbol, se encuentra el carrito de Jugos California Ice, que ofrece jugos helados de frutas y papas fritas con limón y chamoy para despistar el bochorno.

Paletas heladas, ciudad de Campeche, México

Un hombre comienza su día empujando el carrito de paletas heladas por las calles del centro de Campeche. Aún es temprano, pero tiene la certeza de que si al atardecer el peso del carrito es mucho más ligero, habrá sido un gran día.

Foto: Andrea Tejeda K.

Hot Dogs, centro de Ciudad de México, México

Eran pasadas las seis de la tarde y en la calle de Aranda todos los vendedores habían terminado de desmontar sus puestos. Comenzaba a gobernar aquel silencio representativo que anuncia el final de todos los domingos. El tiempo no paraba, tampoco la llegada de la noche y, a mi lado, un carrito estático de hot dogs, también atrapado entre el domingo y la llegada del lunes.

Tacos La Güera de Churubusco, Ciudad de México, México

Un local amarillo incrustado en una pared morada. En su interior, “la güera chiquita” les sirve tacos a los comensales que entran, salen o simplemente pasan por los Estudios Churubusco. Tuppers de colores con distintos guisados dan fe de que al día de hoy se siguen preparando las mismas recetas que La Güera servía en ese mismo puesto 80 años atrás. Las fotos familiares que decoran el local están ahí para constatarlo.

Foto: Andrea Tejada K.

Matrimonio, Bogotá, Colombia

La cuajada con mermelada de moras y arequipe es un postre colombiano. Se consigue en reposterías y supermercados, en puestos callejeros y también en restaurantes. Es dulce y salado, suave y pegajoso, fresco y confortable, y creo haber encontrado un patrón en los vendedores que me lo ofrecían: todos tenían una gran sonrisa. Me gustaría proponer un brindis por la persona que decidió nombrarlo “matrimonio”.

Vegetales encurtidos, Sibiu, Rumania

Es diciembre en Sibiu y el mercado navideño se extiende a lo largo de la plaza principal. Entre el centenar de puestos que ofrecen juguetes típicos, fotografías con Santa Claus y dulces navideños, encuentro la belleza cromática de los muraturi asortate. Les tomo una foto y le doy el primer trago a mi vino caliente, comienza a nevar: felices fiestas desde el corazón de Transilvania.

Patitas y alitas de pollo en Tepito, Ciudad de México, México

Izq.: postre tradicional colombiano a base de cuajada de mermelada de moras y arequipe. Der.: alitas y patitas de pollo estilo Tepito.
Fotos: Andrea Tejeda K.

Todo Tepito lo decía, pero yo estuve ahí para comprobarlo: entre las patitas y las alitas se encuentra el balance perfecto.

 
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