Cada viaje trae consigo un aprendizaje nuevo. Desde la planeación y el presupuesto, hasta qué llevar o qué dejar en casa. ¿Les ha pasado que estando en ruta recuerdan aquello que no querían olvidar, y olvidaron? O peor aún, cargaron con objetos o ropa innecesaria. En este caso la frase “la experiencia hace al maestro” es verdad. En honor a ello, hicimos una guía de lo que conviene llevar en el carry-on, y lo que es mejor documentar.
¿Qué empacar en el carry-On?
En estas pequeñas maletas hay que meter cualquier objeto que necesitemos a la mano durante el trayecto, tales como medicamentos (de no más de 100 mililitros en caso de ser líquidos), el cargador del teléfono o lap top, un libro o revista para leer durante el vuelo, la billetera, pasaporte, información de hospedaje en el destino y boleto de avión. Para estos dos últimos, una buena idea es contar con la versión digital. También hay que guardar cualquier pertenencia de valor como joyas, computadoras y cámaras. Además de un par de cambios de ropa y una selección de artículos de tocador para refrescarnos antes de aterrizar.
¿Qué empacar en el equipaje documentado?
Si sabemos aprovechar el espacio, y si se trata de un viaje corto, quizá no sea necesario documentar ninguna maleta. En caso contrario, y si no hay otra alternativa, vale la pena explotar este servicio y empacar todo aquello que resulte necesario para el viaje, desde ropa y calzado, hasta productos líquidos de más de 100 mililitros, regalos, souvenirs y cualquier otro objeto personal de poco valor; hay que considerar que la maleta será manipulada por otra personas, e incluso puede ser revisada por seguridad aeroportuaria en vuelos internacionales.
En ambos casos, el del equipaje de mano y la maleta documentada, hay que revisar las restricciones en cuanto a alimentos, pues países como Estados Unidos y Australia no permiten la entrada de algunas verduras y frutas.