Si la realidad es monstruosa, ¿el arte debe ser su reflejo? Goya es un ejemplo a pedir de ojo sobre la pintura que retrata el horror de la guerra. George Grosz fue un testigo de la decadencia en la República de Weimar.
Hay que ser tan radical como la realidad sugería Lenin, de ahí que en el siglo XX diversas vanguardias se constituyeran como una respuesta a esa realidad, a veces de modo nihilista, otras como una opción para “transformar al mundo”.
La Segunda Guerra Mundial le dio a Estados Unidos muchos beneficios, entre ellos, una pléyade de artistas e intelectuales exiliados que influyeron en los jóvenes artistas de EU. En los sesenta esa influencia se cristalizó en grupos como The Roster Monster, al que perteneció Leon Golub (1922-2004).
La curaduría de Bite Your Tongue estuvo a cargo de Emma Enderby, quien nos dice “quería mostrar la progresión de su trabajo, desde sus inicios y cómo empezó a interesarse cada vez más en imágenes directas, relacionadas con el mundo contemporáneo”.
Golub fue un estudiante del Art Institute of Chicago que creyó, desde muy joven, que “el arte debía ser relevante y lo quiso hacer a través de la figura”, dice Enderby.
En palabras del pintor, “la historia visual es importante en la media en que ofrece un recuento de lo que sucede…”. Así, la muestra permite observar la evolución de su obra, una que “estuvo inspirada por los muralistas mexicanos, la escala de sus trabajos y la política”, comenta la curadora.
Sus pinturas en acrílico son crudas, en ocasiones hacen pensar en un graffiti on canvas que, más allá de querer inundar las calles, busca confrontar al espectador con una realidad que no requiere de oropeles. En este sentido, su obra de los noventa “estuvo inspirada por el graffiti, comenzó a hacer más collage, a usar textos y yuxtaposiciones”, dice Emma Enderby. Sus caminatas por York y por Berlín influyeron en el modo en cómo los artistas callejeros usaban el paisaje”.
Una de sus últimas obras, que da nombre a la exposición, Bite Your Tongue (2001), retrata el cinismo contemporáneo en la política de un país cualquiera. Un perro emblemático (que le ladra al cosmos en otra de sus obras), parece ser la criatura civilizada en un mundo que Golub no se cansó de mostrar y denunciar. Somos monstruosos, pero la monstruosidad también puede ser una estética.
Museo Tamayo. Leon Golub: Bite Your Tongue. Hasta el 7 de febrero de 2016