Al norte de Nueva Zelanda está Waitomo, una localidad en la que hace más de 30 millones de años se detectó actividad volcánica y con ella inició uno de los fenómenos naturales más impresionantes del mundo.
Se formaron más de 300 cuevas subterráneas, descubiertas en Waitomo desde 1884, con una especie de piedra caliza de corales fosilizados y restos de organismos marinos que, comprimidos y a través de los años, lograron una bioluminiscencia muy especial, a la que se le denomina Glowworms, por sus formaciones irregulares y alargadas que simulan gusanos.
Waitomo fue la primera zona en la que se encontró este fenómeno, pero a lo largo de Nueva Zelanda hay más cuevas en las que se puede admirar. Aquí algunas de las que pueden recorrerse.
Te Anau Glowworm Caves
Tienen 12 mil años de antigüedad y a pesar de ello son de las más jóvenes en Nueva Zelanda. La cueva es tan oscura que el recorrido puede hacerse de noche o de día en una lancha que fluye por el lago Te Anau. El paseo dura dos horas y como actividad adicional puede incluirse una experiencia para conocer la flora de la región.
Waitomo Caves
Son las más populares y accesibles, por su cercanía a Hamilton, Auckland y Wellington. Los touroperadores pueden llevarte a recorrerlas en bote, a pie, a través de unos puentes o escalarlas. El recorrido toma el día completo.
Paparoa National Park
Para llegar a ellas se empieza con un paseo en tren, para después embarcarte en los navíos que te llevan por las cuevas. Los tours salen de Charleston en South Island. Es una de las zonas más naturales del país.
Kawiti Caves
Aquí los guías son Maoris y comparten las historias y leyendas de sus comunidades. La cuevas tienen 200 metros de longitud y se recorren en 40 minutos.
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