Planear los viajes familiares puede ser un acertijo de muchas preguntas, pero pocas respuestas. Hay que establecer prioridades: escoger entre una escapada de descanso para nosotros o unas vacaciones divertidas para los niños. Pero, con cada elección también acabamos renunciando a ese otro viaje y, normalmente, tenemos que ceder nuestro descanso.
Eso hasta los últimos días que pasamos en NIZUC, en Cancún, donde encontramos algo para todos. Pudimos desconectarnos en medio de la naturaleza y, sobre todo, disfrutamos en familia.
Comodidad y calma
Aunque hicimos sólo 10 minutos en coche desde el aeropuerto de Cancún, justo hacía donde empezaba la actividad de la zona hotelera, al principio nos pareció como sí, más bien, nos hubiéramos alejado de todo. Desde el primer momento supimos que la calma que se respiraba en NIZUC no era común y que nos esperaban unas vacaciones como hace mucho no las tomábamos.
El camino, que se abría paso entre un denso paisaje tropical, nos lo anunció primero, pero pudimos confirmarlo en cuanto llegamos al lobby: pasaríamos los siguientes días rodeados de naturaleza en instalaciones de lujo. El personal nos recibió en cuanto bajamos del coche y después de registrarnos nos llevaron en un carrito de golf hasta nuestra villa privada.
No nos faltó espacio para disfrutar durante nuestra estancia. La Master suite con habitación doble conectada es ideal para llevar a la familia, sala, comedor, y una amplia terraza con piscina infinity, donde nos pudimos haber pasado toda una semana con todas las comodidades. Sin embargo, había mucho más por descubrir.
Muchas vacaciones en una sola
Los días en NIZUC se extendían ante nosotros sin demasiadas complicaciones. Después de despertarnos sin alarma y desayunar en la villa, sólo teníamos que escoger entre alguna de las dos playas de la propiedad para pasar la mañana entre el sol y el agua del mar Caribe. Cuando nos cansábamos de no hacer nada, sabíamos que era hora de relajarnos de verdad y poníamos rumbo al spa.
Lo mejor es que eso no significaba que teníamos que interrumpir la diversión de los niños. Por el contrario, en el Winik’s Kids Club los recibían todos los días con emocionantes actividades donde incluso aprendían sobre la naturaleza y la cultura que nos rodeaba.
Mientras tanto, nosotros probábamos alguno de los tratamientos del NIZUC Spa by ESPA, el primer spa de la reconocida marca británica en el Caribe Mexicano. Durante nuestra estancia, pudimos probar desde lo clásico, como faciales y masajes corporales, hasta opciones únicas que el equipo ha creado basándose en rituales curativos mayas, como el tratamiento de cacao o la renovación NIZUC. Todas las mañanas salíamos renovados en cuerpo y mente, listos para seguir descubriendo las maravillas del Caribe.
Un auténtico paraíso natural
Entre todas las cosas que hacen de NIZUC un lugar como ningún otro, son las joyas de sus costas. No sólo el color del agua es de un impresionante turquesa, sino que, en las profundidades, justo en frente de la propiedad, se encuentra el arrecife Mesoamericano.
En el Winik’s Kids Club los niños aprendían sobre toda la vida marina que se concentraba ahí y estaban impacientes por explorarla siempre que volvíamos a encontrarnos, ellos después de la diversión y nosotros tras la calma del spa.
Así que emprendíamos la excursión, a veces con equipo de snorkel, en paddleboard, kayak o zayak. También pudimos conocer el museo subacuático MUSA en una visita guiada y escoger entre las muchas otras opciones de actividades acuáticas que había dentro de la propiedad.
Los sabores de NIZUC
Durante nuestra estancia en NIZUC a veces teníamos que tomar decisiones difíciles, como escoger entre seguir asoleándonos o ir al spa; nadar en una alberca infinita o jugar tenis; una margarita o una piña colada. Pero quizá el mayor predicamento era tener que escoger un lugar para la cena. Aunque, con el paso de los días nos dimos cuenta de que no había respuestas incorrectas.
Después de intensas jornadas de relajación, juegos y sol, lo que seguía en nuestra agenda era, desde luego, una buena cena. La buena noticia es que el frente gastronómico de NIZUC estaba lleno con opciones variadas.
Las tardes que nos sentimos con ganas de probar algo nuevo visitamos NI para una comida ligera en un restaurante peruano con tiraditos y ceviches frescos. Para la cena Indochine, con auténticos platillos asiáticos. Hubo veces en que optamos por no salir de nuestra zona de confort y fuimos a Ramona, para probar exquisitas opciones mexicanas con recetas tradicionales y un toque contemporáneo, o a Terra Nostra para una buena pasta italiana y especialidades mediterráneas.