Antiguos bancos… que ahora son hoteles
La industria hotelera siempre ha tenido un interés especial por restaurar edificios importantes donde la estancia alcance nuevas dimensiones. Los grandes edificios que fueron bancos ahora son la nueva tendencia.
POR: Mary Gaby Hubard
Siempre hay emoción en la novedad. En estrenar un lugar, con el olor a nuevo y la idea de ser el primero en tener un encuentro con cada uno de sus espacios. Pero también hay otro tipo de emoción. La de pensar que estás en edificios que guardan siglos de historia, que se usaban para fines que tienen poco que ver con el hospedaje y todo con… la industria bancaria en este caso. En pasar la noche en un sitio en el que se aperturaron cuentas o se guardaba dinero, donde se gestionaban préstamos y se guardaban las pertenencias más preciadas de los clientes en cajas de seguridad. Claro, si pensamos en el concepto de un banco contemporáneo resulta difícil imaginar que un edificio bancario se pudiera transformar en un hotel. Hoy, la gran mayoría son cajas de luz blanca con sillas incómodas y salas de espera que difícilmente podrían representar algún valor arquitectónico o histórico. Pero hace cientos de años no era así. Los bancos eran edificios con elementos únicos y detalles que vale la pena conservar y, en caso necesario, incluso restaurar meticulosamente para preservar su valor.
Y así lo han hecho grandes marcas de hoteles, como el Four Seasons de Madrid, que se encuentra en el que en algún momento fue el Banco Español de Crédito, o el W de Ámsterdam, que abrió en un edificio que antiguamente era el banco KAS, construido en 1906.
Four Seasons Hotel Madrid
C. de Sevilla, 3,
Madrid, España
De este hotel se pueden decir muchas cosas. Que está convenientemente situado a tan sólo unos minutos del Parque del Retiro, del Museo del Prado y de la Puerta de Alcalá; que el servicio es excepcional y su oferta gastronómica lo hace brillar entre el resto de los hoteles de la zona; que su spa incorpora la más alta tecnología y sus camas hacen que nunca te quieras ir de ahí. Pero lo que aquí nos atañe es la magnitud de su proceso de renovación: siete años de trabajo, para ser exactos. Compuesto por siete edificios que abarcan las calles de Carrera de San Jerónimo, la Plaza de Canalejas y las calles de Sevilla y Alcalá, este proyecto es único en su tipo.
Y es que ni siquiera es necesario entrar al Four Seasons Hotel de Madrid para entender su valor arquitectónico. Basta con mirarlo desde la esquina de la calle contraria para darse cuenta de que en este proyecto los tesoros históricos abundan. El edificio más emblemático del complejo, construido en 1887, es el palacio de La Equitativa, que antiguamente fungió como sede de la compañía de seguros Equitable Life Assurance Society of the United States, del arquitecto español José Grases Riera. Después pasó a manos del Banco Español y durante un tiempo fue también el Casino de Madrid.
Para preservar la identidad de la propiedad se extrajeron y restauraron más de 16,000 piezas, que se han repartido por el hotel, igualmente en suites que en áreas comunes. Los pilares de mármol verde y la vidriera del techo del lobby son dos claros indicios de que éste es, sin lugar a dudas, un tesoro histórico. Y además es una de las mejores opciones para hospedarse en Madrid en este momento.
The Ned London
27 Poultry,
Londres, Reino Unido
En 1924, sir Edwin “Ned” Lutyens diseñó los headquarters del antiguo Midland Bank. Casi 90 años después, en 2012, el fundador de Soho House, Nick Jones, conoció este edificio e inmediatamente se enamoró de él. En aquel entonces, la propiedad llevaba aproximadamente ocho años deshabitada, pero desde que tuvo el primer contacto con ella Jones quedó fascinado. Después de cinco años estaban abriendo las puertas de The Ned London para darle una nueva vida al encantador edificio. Actualmente, el hotel de lujo tiene nueve restaurantes, cafeterías y bares, así como habitaciones que conservan la decoración de la década de 1920.
Mandarin Oriental en Barcelona
Pg. de Gràcia, 38-40,
Barcelona, España
Este Mandarin Oriental se encuentra en Passeig de Gràcia, una de las avenidas más concurridas de Barcelona. Está a unos pasos de Casa Batlló y muy cerca de tiendas de lujo que atraen a decenas de viajeros que hacen sus compras a lo largo de la avenida. Sin embargo, una vez que entras al hotel, todo el barullo de las multitudes queda atrás y en su lugar hay un spa de lujo, un pequeño jardín y una alberca en un rooftop. Los restos del banco que en algún momento ocupó este edificio son visibles en forma de letreros en los muros y, de manera más evidente, en cajas fuertes. De hecho, el bar del lugar se llama Banker’s Bar.
W BANK, Ámsterdam
Spuistraat 175,
Ámsterdam, Países Bajos
Los hoteles W son conocidos por su espíritu joven y creativo, así que lo primero que viene a la mente cuando pensamos en cualquier de los hoteles de esta marca no es precisamente un edificio histórico. Sin embargo, el W BANK de Ámsterdam es la excepción, pues se encuentra en el que solía ser un banco holandés llamado KAS, construido en 1906, y que además preserva su arquitectura original.
Compuesto de suites en múltiples pisos, habitaciones con vista a la ciudad o al canal y un restaurante reconocido con una estrella Michelin, el W BANK logra la amalgama perfecta entre una construcción que refleja la historia de la ciudad y una oferta de entretenimiento contemporáneo.
The Ritz Carlton Philadelphia
10 Avenue of the Arts,
Filadelfia, PA, Estados Unidos
El lujo que caracteriza al Ritz-Carlton atraviesa los muros de este edificio neoclásico que data de 1908. En el que hace más de un siglo fue un banco, ahora descansa un lobby con techos altos, donde basta sentarse a tomar un café y mirar hacia arriba para sentirse en otra época. Tanto en algunas de las salas de juntas como en las habitaciones hay claros guiños al pasado de la propiedad, con su arquitectura clásica perfectamente bien preservada.
La complejidad de restaurar un edificio histórico
La idea de darle una nueva vida a un edificio es increíble, desde la perspectiva de la sustentabilidad hasta la idea de preservar la historia de algo valioso. Pero también viene con complejidades multidisciplinarias que hay que tomar en cuenta.
La conservación. Un edificio antiguo tiene elementos únicos que requieren un cuidado especial de la mano de expertos en restauración.
Técnicas y materiales. Naturalmente, los materiales y las técnicas que se usaban hace cientos de años no son las mismas que hoy día, así que hay que adaptarse a esta complejidad e intentar mediar de la mejor manera para no sacrificar el funcionamiento del edificio.
Regulaciones. La preservación de un edificio histórico viene con una serie de reglas que hay que cumplir y respetar al momento de renovarlo.
Estructura original. Los cimientos, las tuberías, la integración de sistemas de plomería, electricidad, etc., requieren un cuidado y atención específicos para poder integrar sistemas contemporáneos de manera funcional.
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