Enamorados y elefantes bailarines: así se celebra la Navidad en Asia
En Asia la celebración de la Navidad es adoptada de formas que van desde lo simpático y curioso hasta lo sorprende.
POR: Redacción Travesías
Para un occidental no hay forma de no asociar el último mes del año con celebraciones, cenas, posadas, y regalos: la Navidad en todo su esplendor. Para los más apegados a la tradición religiosa, es también una temporada de reflexión y conexión con lo que representa: el nacimiento de Jesús.
La tradición no siempre incluyó una cena, regalos ni un simpático y regordete repartidor de regalos que viaja en un trineo. De hecho, ni siquiera se celebraba antes del siglo IV d.C. Fue apenas en el año 354 que el entonces Papa, Liberio, instituyó el 25 de diciembre como la fecha de nacimiento oficial de Jesucristo, pese a que se sostenía que habría nacido en primavera.
La elección de la fecha no fue casual: se trata del solsticio de invierno, un evento celebrado ya en Europa por los romanos (a lo largo de su imperio) desde el 17 hasta el 23 de diciembre en las “saturnales”, verdaderas verbenas dedicadas a la agricultura, en las que no faltaban la comida, la música y la bebida.
Dos días después de finalizado el ritual, llegaba el turno de rendirle honores al dios Apolo, quien representaba el “sol invicto” que regresaban cada año para garantizar el renacimiento en la Tierra (y la consecuente promesa de alimento).
De Europa occidental al mundo
Con la expansión del cristianismo en Europa la celebración de la Navidad terminó siendo importada a las colonias que ese continente había instaurado en América y Oceanía. Sin embargo, las regiones de Asia que se mantuvieron independientes de la influencia europea y con sistemas de creencias como el budismo o el taoísmo no celebraron la navidad hasta la era de la globalización.
Pero, ¿qué celebran realmente? Dependiendo del país, cada cultura adopta la navidad a su manera, aunque en casi ningún caso está dotada del mismo significado que en Occidente. Es muy similar a lo que ocurre, por ejemplo, con el Año Nuevo chino que se festeja en el mundo entero con un inevitable toque occidental.
Japón
El 24 de diciembre en este país se celebra el equivalente occidental a San Valentín: es el día del amor y la amistad. Los paseos públicos suelen adornarse con luces y es muy frecuente ver a las parejas o a grupos de amigos salir a celebrar. ¿Y la Navidad? Apenas un 1% de los japoneses son cristianos, por lo que para esta minoría la iluminación de los árboles en esa fecha en cobra un nuevo significado.
Corea del Sur
Este destino que se vuelve más trendy cada día celebra una versión curiosa de la Navidad occidental. En lugar del tradicional Santa barbón y con traje y gorro rojo y blanco, aquí luce un sombrero tradicional coreano llamado “gat”. Y su nombre oficial es Santa Haraboji (“abuelo Santa”). La decoración de espacios públicos no es particularmente representativa de la fecha.
Malasia
En este país conviven tantos expatriados de diversos orígenes que la Navidad ha ido integrándose poco a poco a las costumbres locales al punto de que no hay centros comerciales que no luzcan diseños de interior navideños recargados de imágenes alusivas, mientras las ventas aumentan de forma considerable por los regalos de la temporada.
China
En el gigante asiático la Navidad es una celebración completamente ajena a la cultura a tal punto que fuera de las grandes ciudades, y en particular en el campo, la población no alcanza a entender de qué se trata realmente esta celebración.
En ciudades como Shanghái, donde hay más occidentales, es posible ver entre los jóvenes chinos algunas raras adopciones de las costumbres navideñas, como por ejemplo, vestirse ellos mismos de Santa, mientras que -detalle precioso- suelen regalar una manzana envuelta en papel celofán, dado que en chino mandarín a palabra “nochebuena” tiene un significado similar a “paz”.
Tailandia
En esta nación en la que el 90% de la población es budista, todos los credos son respetados, lo mismo que sus tradiciones.
Un proverbio budista reza “sanuk, sabai, saduak”, que en español se podría traducir como “sé feliz, permanece sereno y conténtate con aquello que la vida te ofrece”, por lo que la celebración del 24 de diciembre es bienvenida.
Eso sí, la forma en que se festeja es, para ojos occidentales, como menos curiosa: en vez de ver a Santa y arbolitos decorados es posible que encuentres un desfile de elefantes entrenados que danzan vestidos con trajes rojos y blancos.
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