El recién inaugurado puente colgante de Charles Kuonen, bautizado así en honor a uno de sus patrocinadores, se ubica en el cantón del Valais, cerca de Randa, Suiza. Mide, para ser exactos, 494 metros de largo, 65 centímetros de ancho y su punto más alto se encuentra a 85 metros del suelo. Aunque parezca increíble, este proyecto se desarrolló en tan sólo diez semanas (eso no significa que se haya hecho al “aventón”). De hecho, este puente se construyó como reemplazo de un puente anterior, en 2010, pero tuvo que ser destruido dos meses después debido al desprendimiento de rocas. La empresa Swissrope, para hacerlo más seguro, instaló unas cuerdas de sujeción que pesan ocho toneladas para evitar que se balanceé de forma excesiva.
El Charles Kuonen cobra importancia no sólo por haberle quitado el título al que era, hasta hace poco, el puente más largo del mundo: el Highline 179, en Austria, con una longitud de 406 metros, sino por conectar a Grächen y Zermatt. Antes, el trayecto entre estas dos poblaciones era de unos dos días, pero con este nuevo puente se acorta el viaje y el tiempo. Al unir a estas dos comunas se completa el Europaweg, un camino que permite recorrer las principales cumbres de los Alpes suizos, y es considerado por muchos excursionistas como una de las rutas más bellas de los Alpes y de Suiza.
Seguramente, la emoción que se experimenta ha de ser indescriptible, ya que desde ahí se descubren paisajes impresionantes de los Alpes berneses y, a la distancia, del pico Matterhorn (de 4478 metros de altura).
El acceso es gratuito y la adrenalina está garantizada, ya que el vacío está siempre presente bajo los pies a través de la malla del puente.