El país donde el sauna es cultura

En Finlandia se toman el sauna muy en serio. Más que una terapia de spa, es una cuestión histórica y espiritual.

24 Mar 2025

Puede que los beneficios terapéuticos del sauna sean conocidos en todo el mundo. Tampoco es que haya demasiado que explicar, la sensación de confort del calor ha sido buscada por la humanidad a través de la historia. Sobre todo, en los lugares donde el clima lo demanda. Pero, en Finlandia esto es más notable que en cualquier parte del mundo, aquí los saunas son una parte inherente y vital de la cultura.

No es ninguna exageración. Para que quede claro, en todo Finlandia hay 3.3 millones de saunas para 5.5 millones de habitantes. Es decir, más de un sauna por cada dos habitantes. Aunque podría parecer una cifra sorprendente, es entendible en el contexto finés, donde cualquier persona entra al sauna por lo menos una vez a la semana (aunque el día tradicional para hacerlo es el sábado). Se encuentran en los patios traseros, en los parques, en las oficinas y fábricas. La gente hace sus días alrededor del sauna y en 2020 la UNESCO lo reconoció como patrimonio cultural de la humanidad.

¿Cómo es un sauna en Finlandia?

Desde luego, que la concepción finesa de estos espacios va mucho más allá de simple relajación o diversión, se trata de todo un ritual con implicaciones históricas y espirituales. Las culturas escandinavas más antiguas ya construían estos baños como lugares sagrados, los espacios más pulcros de cada comunidad, a donde había que ir para limpiarse y purificarse en cuerpo y alma. Ahí las mujeres incluso daban a luz.

Hoy en día, la solemnidad del ritual sigue presente en Finlandia, donde más que una fiesta o una terapia, se acerca a una ceremonia. Los asistentes se reúne en torno al calor, que puede llegar a los 110 grados, en un silencio respetuoso, que sólo se interrumpe por los ramazos que alguien se da en la espalda para que un manojo de abedul desprenda propiedades bondadosas o por el crepitar de las piedras hirviendo que reaccionan después de que alguien les echa un balde de agua para que produzcan vapor.

Es un acto al que la gente acude en familia, incluso en compañía de sus hijos, pero también para ir individualmente después de una jornada laboral o antes de empezar el día. Tradicionalmente las mujeres se dividen de los hombres en diferentes espacios, aunque entre la gente joven es común que no se haga está separación. Los asistentes suelen entrar sin ropa, aunque tampoco hay problema con llevar una toalla, y salen ocasionalmente para tomar algo de aire o sumergirse en agua fría.

Por eso es común que los saunas estén cerca de lagos y ríos, donde sólo basta con abrir una puerta y saltar al agua. El frío no sólo ayuda a aclimatarse y soportar más tiempo dentro del sauna, sino también a la relación y regeneración de los músculos, que es sólo uno de los beneficios que tiene un sauna en la salud.

¿Por qué entrar a un sauna?

No todo es mera costumbre sobre los saunas en Finlandia, lo cierto es que trae enormes beneficios a la salud de quienes entran regularmente. Como ya mencionamos, los músculos se relajan con los cambios de temperatura, pero también ayuda a condiciones respiratorias, a mejorar la circulación sanguínea y, en general, aporta una sensación de rejuvenecimiento. De hecho, los fineses tienen un nombre para ese sentimiento: “saunanjälkeinen”, la relajación después de salir del sauna.

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