Al cruzar un huso horario, el cuerpo tarda en adaptarse a nuevas formas de funcionar. La hinchazón, el insomnio o los dolores de cabeza son sólo una manifestación del desajuste que padece al recorrer un ciclo de 24 horas a uno con un par de horas más o menos, se trata del jet lag.
Así, estos alimentos prometen disminuir sus efectos con unas modificaciones mínimas a tu dieta antes de volar a un destino.
1.- Frutas y verduras ricas en aguas
Las moras, la sandía, el aguacate, el pepino, el apio, el melón y las manzanas serán tus mejores aliados para mantenerte hidratado. Gracias a su gran porcentaje de agua y fibra disminuyen la inflamación ocasionada por los viajes, mantienen tus niveles de hidratación.
2.- Ayunos alternados
Algunos expertos afirman que ayunar 16 horas antes del aterrizaje puede reiniciar tu metabolismo y adaptarse al nuevo horario. Sin embargo, puedes hacerlo poco a poco al alternar días de alto consumo calórico con unos de consumo ligero. Charles Ehret, un cronobiólogo, afirma que hay dos relojes en nuestro cuerpo: el mental (responde a las horas de alimento) y el físico (se rige por la luz). Así, con la regulación del alimento, será más fácil que te adaptes a tus nuevas horas de comida.
3.- Carbohidratos
Los alimentos ricos en carbohidratos como las papas, el arroz, el pescado, los quesos, las pastas, las semillas y otros, son ricos en triptófano, un aminoácido que provoca sueño y que, sin importar el tiempo de viaje, te darán ganas de dormir una siesta sin alterar tus ciclos de sueño.
4.- Cafeína
La cafeína puede ser tu mejor opción si sabes cómo administrarla. El secreto está en sincronizar tus horas de consumo de este producto con las horas en las que estarás despierto en tu destino, en el resto del día abstente de tomar café o tés con cafeína. Así, irás habituando a tu cuerpo para sentir sueño en una hora adecuada.
5.- Ejercítate
Mantener tu cuerpo sano con actividad física constante permite que resistas mejor cada viaje, pero para disminuir las secuelas del jet lag es recomendable alternar ejercicios de alta intensidad con estiramientos que te relajen antes del vuelo. Al llegar a tu destino procura mantenerte activo, sobre todo el día después de tu llegada, para evitar la fatiga y la somnolencia.