Conoce la fauna endémica de México y el mundo a través de los textiles
Estos proyectos crean conciencia sobre la conservación de animales endémicos a través de peluches para niños.
POR: Paola Gerez Levy
El oso ha sido el personaje del peluche por excelencia desde su aparición durante la primera década del siglo XX. Sin embargo, entre los cientos de fabricantes masivos de peluches que existen en la actualidad, destacan proyectos en diversos rincones del planeta que toman como misión hacer honor a su fauna endémica y concientizar sobre su conservación a través de peluches de animales menos populares.
Peluches para viajar por México, Australia y África
Mairos Pachi es una iniciativa mexicana de peluches tejidos a mano, inspirados en animales de nuestro país que, además de ser fascinantes, cargan con grandes significados históricos y culturales.
Algunas de estas valiosas criaturas son las abejas meliponas, por su importancia en las comunidades mayas; los tlacuaches, por su rol en las leyendas mazatecas; o los ajolotes, una especie propia de México que, por desgracia, está en peligro de extinción.
Otro país que cuenta con algunas de las especies más asombrosas del mundo es Australia, gracias a su aislamiento geográfico.
Es así como, a través del proyecto Bocchetta Plush Toys, uno puede conocer los animales de esta enorme isla, desde los icónicos canguros u ornitorrincos hasta inadvertidos ejemplares como cuoles o equidnas.
Estos peluches se fabrican con telas suaves y peludas y se asemejan con lujo de detalle a los animales que representan.
Al otro lado del Océano Índico, el grupo de artesanos sudafricanos Toy Project fabrica animadas figuras de los personajes más representativos del continente, entre ellos leones, rinocerontes, elefantes, jirafas e hipopótamos.
Incluso elaboran pingüinos, los cuales habitan en el sur de Namibia y el suroeste de Sudáfrica. El resultado son criaturas regordetas de tela con patrones de todos los colores y tamaños.
¿Dónde ver animales endémicos de México?
Si bien proyectos como Mairos Pachi hacen posible acercarnos a los animales desde sus versiones tejidas, la buena noticia es que en México se pueden realizar viajes con la finalidad de conocerlos en vivo, en sus hábitats naturales.
Vale la pena variar un poco y, en lugar de conocer una ciudad, dedicarle una aventura a conocer los seres que habitan esta región del mundo desde hace cientos de años.
A continuación, te mencionamos algunos de los destinos en México, desde Oaxaca hasta Yucatán, para ver de cerca –y de forma segura y respetuosa– algunos de los animales endémicos del país.
Abejas meliponas
De las 46 especies endémicas de abeja sin aguijón que se encuentran en México, una es la xunán kab (“señora abeja” en maya).
En la Península de Yucatán, los meliponarios aún forman parte de la cultura de las comunidades. Cerca de Mérida se pueden conocer dos pueblos cuya actividad gira en torno a la producción de miel: Maní y Sinanché, al sur y este de la capital yucateca respectivamente. Aquí se pueden degustar diferentes tipos de miel e incluso incursionar el en proceso de su fabricación artesanal.
Caimanes
El caimán es el más pequeño de los tres tipos de cocodrilos que habitan en México. Con una longitud promedio de 2.5 metros y un característico hocico redondeado, los caimanes viven en ecosistemas de agua dulce, como ríos, pantanos y manglares.
Algunos individuos viven salvajemente en la Reserva de la Biosfera La Encrucijada, al sur de Chiapas, o en las Lagunas de Chacahua, en Oaxaca, mientras que otros se encuentran protegidos en santuarios de vida silvestre.
El UMA El Caimán, en Puerto Arista, Chiapas, y el centro ecoturístico La Ventanilla, en Mazunte, Oaxaca, son algunas de las opciones para conocer a detalle este reptil.
Ajolotes
En la actualidad existen prácticamente dos sitios donde aún se pueden encontrar al axolotl (“monstruo de agua” en náhuatl) de forma silvestre: en los canales de Xochimilco, en Ciudad de México, y en las Lagunas de Zempoala, en la frontera entre Estado de México y Morelos.
No obstante, la mejor apuesta para conocerlos en vivo es visitar el Museo Nacional del Ajolote, en Ciudad de México, o el Museo Mexicano del Ajolote, en el pueblo mágico poblano de Chignahuapan, puesto que estos anfibios pasan la mayor parte del tiempo sumergidos al fondo de aguas pantanosas.
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