Los números son para no creer: si la industria del turismo de lujo fuera un país, estaría en el top 10 de las economías más grandes del planeta. Esta semana, ILTM —International Luxury Travel Martket— publicó un White Paper que ayuda a poner en perspectiva y dimensionar el tamaño de los retos con los que nos enfrentamos como industria.
Cuando hablamos del turismo de lujo, nos referimos a una industria que genera 2,05 trillones de dólares directos al año*. Si comparamos con otras industrias, por ejemplo, la de la moda, la cifra es más o menos la mitad: 1,3 trillones al año; mientras que la electrónica genera “apenas” un un trillón. Los cálculos estiman que hay al menos 106 millones de personas en el mundo que dependen directamente del turismo (no sólo al lujo) y que al menos unos 60 millones de personas más tienen trabajos relacionados a la industria —imaginemos un restaurante que recibe un alto número de turistas internacionales; o un museo, cuyos visitantes son una mezcla entre viajeros internacionales y público local—. La pandemia de COVID-19 ha puesto en riesgo, según datos del World Travel and Tourism Council, a 75 millones de empleos directos en todo el mundo, cuando solamente un tercio de las economías desarrolladas tienen la capacidad de ofrecer a quienes pierdan su trabajo un seguro o un salario temporal. Además, hay economías donde el turismo tiene un peso significativo en el PIB: entre ellas México ocupa el octavo lugar, con un 17% de nuestro PIB ligado a los viajes.
¿Cómo se va a recuperar la industria?
ILTM también compartió con sus aliados un podcast donde Annie Fitzsimmons, del equipo de la revista AFAR, platicó con Winston Chesterfield, de la consultora Bartons, sobre los retos que enfrenta la industria, pero también de la recuperación del sector. Para Chesterfield, muchas cosas tendrán que cambiar en el mundo de los viajes y, sin lugar a dudas, serán los viajeros de lujo los primeros en adoptar esos cambios. Al tratarse de un sector que no está limitado por los gastos, el viajero de lujo no tendrá impedimento en aceptar la nueva normalidad que le imponga la industria.
“Hay una visión que aisla al turismo de lujo en una suite, en un hotel de lujo, sin interacutar con el entorno pero nuestros datos indican que no es así y que las actividades alrededor de esos viajes dejan una gran derrama”. De hecho, se calcula que un tercio de las ganancias de la aviación y los hoteles provienen de este sector que es pequeño (apenas 22,5 millones de viajeros pertenecen a este sector frente a los los más de mil millones de viajeros regulares).
¿Para dónde va la tendencia?
El viajero de lujo será el primero en volver a viajar y adaptarse a las nuevas exigencias. Si algún día se concretan los pasaportes de salud, por poner un ejemplo, éste será el primer viajero en tener uno. Será este sector también el que reactivará el turismo internacional, mientras que los mercados internos se nutrirán más de viajeros con presupuestos más limitados. En resumen, será el mercado del lujo el que vaya marcando el nuevo camino de esta industria y el que defina muchas de las tendencias que marcaran al sector, no solamente durante los próximos meses sino posiblemente durante los próximos años.
*Para evitar confusiones, en esta nota utilizamos el mismo sistema de billones y trillones americanos que se utilizó en las publicaciones citadas.
Fuentes: https://www.iltm.com/universe y https://wttc.org/en-gb/