Cuatro chiringuitos en el Mediterráneo: para comer con los pies en la arena
La cultura de los chiringuitos cubre las costas del Mediterráneo, con buenas opciones para comer, beber y relajarse en la playa.
POR: Paulina Espinosa
Un chiringuito, un plato lleno de arroz meloso o paella cuando lo amerite, un vino ahogado en hielos, cervezas frías y música que, conforme el sol se va escondiendo, sube su volumen. Éstas son las tardes de ensueño en las playas del Mediterráneo.
Hay una misma vibra en todos estos lugares, junto con la idea de que nada puede salir mal cuando te encuentras en uno de estos clubes de playa, donde la gente va a olvidar sus preocupaciones al menos por una tarde y entregarse a la buena vida.
Seleccionamos lugares para comer y beber a la orilla del mar, que nos gustan por su arquitectura, su decoración, su comida, su propuesta de bebidas… o simplemente por su buena onda. Aquí hay una excelente guía para disfrutar el veraneo.
Tuba
Tres en uno: restaurante, club de playa y rooftop. Aquí se puede pasar todo el día comiendo, bebiendo o alternando entre chapuzones y descansos en sus camastros amarillos a rayas. Es un lugar escondido, en la entrada del pueblo pesquero de Les Goudes. Está en un trozo de roca prácticamente al final del mundo. Cinco habitaciones sobre el agua, una vista impresionante, una mesa expuesta a la sal marina. Y eso es todo lo que necesitas.
Las mentes detrás de este club de playa son Grégory Gassa y Fabrice Denizot. Grégory trabajó en restaurantes de fine dining y Fabrice es productor de cine. En conjunto encontraron un sitio para personas que, como ellos, necesitaban una pausa de sus ajetreadas vidas. Y así nació Tuba.
Dirección: 2 boulevard Alexandre Delabre, Village des Goudes 13008, Marsella.
Can Carlitos
Can Carlitos es ese chiringuito a la orilla del mar donde uno se imagina comiendo arroces bien cocinados y tomando copas de albariño que parecen no tener fondo. Es la epítome de la vacación.
Este sitio ha ganado fama en Formentera no sólo por su privilegiada ubicación, sino porque el chef Nandu Jubany ha hecho magia en los fogones y se ha dedicado a asegurarse de que cada detalle del sitio esté minuciosamente cuidado. Desde la carta de vinos hasta la música en vivo, Can Carlitos es puro gozar. ¿Los imperdibles? El arroz negro con langostinos y allioli, la berenjena escalivada con miel, pipas de calabaza y láminas de parmesano, y el postre para la gula, palomitas, toffee, café y vainilla.
Dirección: Carrer de s’Almadrava s/n, La Savina.
Casa Jondal
Casa Jondal es el proyecto de Rafa Zafra en Cala Jondal. Con un enfoque de lujo en un entorno de playa, Zafra, un cocinero andaluz con experiencia en El Bulli, ha creado una experiencia gastronómica única. La carta de Casa Jondal es una delicia para los amantes del marisco y los sabores mediterráneos. Desde cangrejo real hasta gambas rojas, pasando por especialidades como el “bikini” de salmón ahumado y caviar, cada plato está bien ejecutado y marina perfectamente con el ambiente de mar y arena.
Hay la opción de disfrutar tu comida en las tumbonas frente a la playa o en la zona de mesas y restaurantes. Para acompañar, además de una extensa carta de vinos hay cocteles clásicos y refrescantes para combatir el calor, como un Hugo Spritz o una margarita.
Dirección: Cala Jondal s/n, Ibiza.
El Silencio
El Silencio se ubica en Cala Molí, el epicentro de la diversión en Ibiza durante las últimas temporadas. Con la influencia del chef Mauro Colagreco, El Silencio ofrece una experiencia gastronómica mediterránea fuera de serie, a la que uno no está acostumbrado en un club de playa. Llega a tal grado que confeccionaron un menú omakase para la noche.
Además, podrás pasar el día al ritmo de conocidos dj y disfrutar su tienda, donde encontrarás creaciones de artistas locales, así como un programa cultural lleno de proyecciones, pláticas y eventos.
Dirección: Av. de Cala Molí 30.
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