El British Museum es mucho más que un museo, es más bien un recinto, en el corazón de Londres, que guarda en su interior la historia de la humanidad. Un lugar que resguarda más de 7 millones de objetos históricos de las culturas del mundo. Un lugar que todos los años atrae a más de 8 millones de personas, lo que lo convierte en el segundo más visitado del mundo.
Pero además de las piezas que resguarda, la arquitectura e historia del sitio es interesante por sí sola. Basta entrar al museo y ver la cúpula de Norman Foster formada de 3312 paneles de cristal, para comprender la importancia de este recinto. Por otro lado, hay que destacar que el origen del British se remonta a 1753 cuando el médico irlandés Sir Hans Sloane donó al estado su colección privada de más de 80.000 artículos entre los que había manuscritos, cuadros y antigüedades de Roma, Egipto, Grecia y de otras civilizaciones milenarias.
No es necesario tener que viajar a Londres para ver lo mejor de este museo, ya que en su sitio web podemos hacer un tour virtual y acceder a lo mejor de su colección. Para empezar, seleccionamos 10 obras que viven aquí y no pueden pasar desapercibidas.
Busto de Ramsés II
Esta obra inmortaliza a uno de los faraones más famosos de Egipto, conocido como Ramsés el Grande. De esta escultura sólo queda el busto y se encuentra en la sala egipcia de este museo. Con sus 2.66 metros de altura y 7 toneladas es la pieza de esta civilización más grande del recinto.
Ajedrez de la Isla de Lewis
Se cree que la obra completa consta de 5 juegos de ajedrez. El detalle en cada una de las piezas es lo que convierte a este tablero vikingo en el más famoso del mundo. Fue encontrado en la isla de Lewis, ahora parte de Escocia, razón por la cual el British Museum sólo cuenta cuenta con 82 de las 93 fichas; las restantes están en el Museo Nacional de Escocia en Edimburgo.
Cabeza colosal de Amenhotep III
Es una de las piezas más importantes del arte egipcio. Se trata de la cabeza Amenhotep III, un faraón que gobernó durante 38 años, periodo en el que encargó varias estatuas para la construcción de su templo funerario a orillas del Nilo.
Piedra Rosetta
Este pedazo de sedimento es una de las piezas más emblemáticas y de mayor importancia del museo. Fue gracias a su descubrimiento que se pudieron empezar a descifrar los jeroglíficos del antiguo Egipto, ya que está llena de inscripciones en egipcio, demótico y griego antiguo.
Frisos y Esculturas del Partenón
Este recinto londinense contiene desde 1816 alrededor del 37% de los ornamentos del famoso templo griego destinado a Atenea. En sus salas se encuentran 75 metros de friso, 17 esculturas y 15 paneles de las metopas.
Serpiente azteca de dos cabezas
La serpiente era uno de los símbolos más importantes de la cultura azteca, aparece constantemente en leyendas, mitos y expresiones artísticas de esta civilización prehispánica. Por esta razón esta pieza es una de las más importantes de la sala azteca del museo. Se trata de una peculiar representación de un ofidio de dos cabezas decorada con pequeñas láminas de jade.
Estandarte de Ur
Este vestigio arqueológico cuenta con varios detalles, por lo que es considerada uno de los documentos más fidedignos para entender la cultura, vida y costumbres de Mesopotamia. Está formada por dos escenas principales: una que describe a la civilización en tiempos de guerra y otra en temporada de paz.
Restos del mausoleo de Halicarnaso
Este mausoleo fue un sorprendente templo dedicado a Mausolo. La edificación medía de más de 50 metros de alto, estaba hecha en su totalidad de mármol y contaba con alrededor de 40 estatuas y 117 columnas. Actualmente sólo quedan los restos de esta obra maestra arquitectónica, los cuales se encuentran expuestos dentro del museo británico.
Moai Hoa Hakananai’a
Esta monumental pieza fue esculpida en roca volcánica. Se trata de una escultura que mide de 2,5 metros de altura y pesa cuatro toneladas que fue parte de una serie de 400 estatuas de piedra distribuidas en la Isla de Pascua. Este Moai es la única que está fuera de Chile; llegó a tierras británicas en 1868 como regalo a la reina, quien donó la pieza al museo.
Momia de Katebet
La sala egipcia del recinto está llena de vestigios de esta fascinante civilización. Dentro de todas las joyas que se pueden encontrar en este rincón del museo hay varias momias e incluso algunos gatos. Una pieza fascinante es la Katebet, la cual pertenece a una mujer que solía interpretar música en los rituales en honor a Amón.
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