Guía de Tequila: agaves y tierra mojada

Desde la carretera alcanzamos a ver un mar de agave azul. Tequila: el paisaje, el pueblo y la cultura del destilado son igual de asombrosos. Tan única es esta combinación de terruño y espíritu, que tanto el paisaje tequilero como la producción de la bebida fueron declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2006. Es algo que hay que conocer.

En Tequila se encuentran las destilerías más importantes del país. Foto Ramiro Chaves

Vivir, de principio a fin, el proceso con el que el jimador pela la penca del maguey y se produce el tequila. Foto Ana Topoleanu

Paisaje y destilerías

La cultura del agave se extiende atrás hasta la época prehispánica, respresentada por la diosa del mezcal, Mayahuel. Hacia los 1600 los españoles empezaron a consolidar la industria tequilera, que desde entonces se convirtió en la principal actividad económica de esta región de Occidente. Las fábricas más antiguas de Tequila son La Rojeña de Cuervo (1795) y La Perseverancia de Tequila Sauza (1873). Ambas siguen operando, y ofrecen recorridos de sus instalaciones, con un almuerzo campestre y catas de tequila.  José Cuervo, además, ofrece el servicio de un tren que lleva a los viajeros desde Guadalajara hasta su destilería. Un paseo en el que la ciudad poco a poco se transforma en campo, acompañado de música de mariachi, botanas y un par de cocteles.

Así como se pueden recorrer vitivinícolas, existen muchas destilerías que ofrecen tours. Foto Ana Topoleanu

Aprender del tequila

Una vez en el pueblo, la recomendación es ponerse en las manos de alguno de los servicios turísticos que organizan catas y paseos por las distintas destilerías. Importante, hay que evitar el automóvil (o tener a un conductor asignado) para poder probar los distintos tipos de tequila sin preocupación.

El tequila ha marcado en gran medida la identidad mexicana dentro y fuera del país, y, afortunadamente, su producción da un paisaje muy bello.

Además de apreciar los paisajes, aquí se viene a aprender sobre el tequila. La plantación de los agaves, el proceso con el que el jimador pela la penca del maguey y toda la logística de los distintos tipos de destilación y conservación que existen.

Paisajes de agave azul, cielo azul y experiencias que no terminan nunca. Foto Ana Topoleanu

Qué hacer

Recorrer el centro del pueblo, lleno de pequeños locales de artesanías para poder llevar un recuerdo a casa.

Aprender más sobre el tequila en el Museo Nacional del Tequila, una institución dedicada exclusivamente a la historia del destilado.

Comer en Tequila es una actividad en sí misma, algunas de las mejores opciones gastronómicas son Asado Campestre, la Antigua Casona y Agavería.

Probar el tejuino, otra bebida que se prepara en el pueblo a base de la fermentación del maíz, mezclada con un toque de piloncillo.

Cualquier momento es bueno para ir a Tequila, pero se recomienda evitar la época de lluvias. Foto Ramiro Chaves

Dónde dormir

Hotel Solar de las Ánimas $$$

Este hotel no es solo para llegar a dormir y salir temprano al día siguiente. El ambiente agradable de sus espacios, llenos de piezas de arte, plantas y fuentes, invitan al viajero a sentarse en uno de los (muchos) equipales y relajarse un buen rato.

Casa Habita (Guadalajara) $$$

Ideal para quienes van a Tequila sólo por un día. Una propuesta de Grupo Habita que gira en torno al diseño, desde la llave de la habitación hasta la iluminación del cuarto. Una buena opción para explorar uno de los barrios más importantes de la ciudad.

$ menos de 1000 MXN
$$ 1000-2000 MXN
$$$ 2000-5000 MXN
$$$$ Más de 5000 MXN

Cuándo ir

El clima en Tequila da tregua, incluso al viajero más exigente. Cuando hace calor no es tan extremo como para impedir pasar tiempo bajo el sol, y cuando hace frío sólo se siente en las mañanas y en las noches. Eso sí, hay que evitar la temporada de lluvias para que el paseo no sea interrumpido.

Cómo llegar

Para muchos, el paseo en tren José Cuervo es uno de los mejores armados. Con tres tipos de vagones, uno puede elegir la opción que mejor le acomode (sólo se aceptan niños menores de 18 años en el vagón express). Para quienes quieran llevar su auto, el trayecto que divide el pueblo de Guadalajara es tan sólo de una hora.