La tierra donde nacemos por siempre nos habita. Se mueve con nosotros en todas las búsquedas, rutas y transgresiones que llevemos a cabo para hallar raíces. Mi tierra (Tijuana) es árida, donde el mar ayuda al enfriar las noches. Ahí se habla con un acento cantado que abre puertas a conversaciones sin peso, sencillas, que se mueven como pájaros bailando en pareja. Esta frontera ha marcado desde mi cuerpo hasta mi espíritu. Aprendimos a ser fronterizos, con movimientos fluidos entre culturas, idiomas y líneas.
Estas imágenes forman parte de la muestra inaugural “Notas desde la línea”, una exposición virtual de fotografía digital presentada por la galería AGO Photo.