Más allá de la imagen de la pintoresca plaza y las calles empedradas, estos destinos prueban que el término “pueblo mágico” también aplica para las playas. Así que hay que en lo que queda de este lluvioso verano, es recomendable preparar el traje de baño, los lentes de sol y escapar del caos urbano, en una de las siguientes opciones.
Mazunte, Oaxaca
La costa oaxaqueña es conocida por sus playas (semi) vírgenes y su buena vibra. Mazunte no es la excepción. Aquí encuentras opciones de hospedaje para todos los presupuestos, desde hoteles boutique clavados en la sierra hasta pequeños hostales a unos pasos del mar. Si te cansas de tanto mar, puedes visitar el Centro Mexicano de la tortuga o caminar por la calle principal, donde las pizzerías, bares y tiendas naturistas están a la orden del día.
Imperdible: disfrutar del atardecer en Punta Cometa. La caminata de 15 minutos vale totalmente la pena.
Todos Santos, Baja California Sur
Con un relieve lleno de árboles frutales y palmeras, este pequeño pueblo a 80 kilómetros de La Paz es un oasis en medio del desierto. Todos Santos tiene una vida cultural muy activa, así que vale la pena dedicarle una mañana a su oferta de galerías de arte. Por la tarde, puedes relajarte en las playas cercanas, como San Pedrito, Los Cerritos y Punta Lobos. Todas muy tranquilas e ideales para surfear.
Imperdible: el festival de cine que se realiza la última semana de febrero.
Tulum, Quintana Roo
Paseos en bicicleta, visitas a cenotes, sitios arqueológicos y sesiones de buceo son algunas de las actividades que puedes realizar en tu próxima visita a Tulum, un destino que combina los atractivos naturales de la Riviera Maya con una hospitalidad auténtica, sencilla y chic, alejada de los grandes resorts de la zona de Cancún. No por nada René Redzepi escogió este lugar como la última sede del pop up de Noma.
Imperdible: la escena gastronómica está en un gran momento. Recomendamos El Pez (de Paco Ruano), Mi Amor (de Paul Bentley) y los burritos de marlín en los Tres Galeones.
Bacalar, Quintana Roo
Aunque no se trata de una playa, la laguna de los siete colores de Bacalar califica en esta lista como un gran lugar de descanso gracias a sus increíbles tonos azules y aguas poco profundas, ideales para nadar (sin la necesidad de ser un experto) o recorrerse en kayak.
Imperdible: visitar el cenote azul que conecta con la laguna y el Fuerte de San Felipe, que cuenta con un pequeño museo que explica la historia comercial de la zona.
Sayulita , Nayarit
En los últimos años, la popularidad de la Riviera Nayarit ha alcanzado niveles nunca antes vistos, y Sayulita es sin duda una de sus cartas fuertes. Este lugar resulta muy atractivo para los extranjeros por sus coloridos locales, mercados de artesanías y lujosas opciones de alojamiento. En cuanto al surf, hay que dejárselo a los expertos, ya que las olas pueden alcanzar gran altura y dificultad. Consejo, para una experiencia más local, hay que caminar diez minutos hacia la playa de San Pancho.
Imperdible: La Rústica, un local de buenas pizzas y cócteles, perfecto para una noche entre amigos.