En México, 17 de sus 32 estados tienen playas, por lo que resulta sencillo encontrar un sitio alejado de todos para disfrutar del mar durante el verano.
A lo largo y ancho de los más de 15 mil kilómetros de mar que rodean al país, hay tres estados que nos regalan la posibilidad de disfrutar del sonido de la naturaleza sin, prácticamente, nadie alrededor.
Hacia el Norte
Además de Mazatlán, Sinaloa ofrece rincones extraordinarios para los viajeros que quieren olvidarse de los tumultos y vivir un par de días en soledad.
Al sur del estado en el municipio de Elota se encuentra Celestino de Gasca, un destino que tiene la fortuna de permanecer como uno de los lugares vírgenes del país. Con aproximadamente 140 habitantes dedicados al turismo y a la pesca, Celestino brinda a los viajeros la intimidad y hospitalidad con la que soñamos al pensar en unos días de playa.
Como algunas otras playas del Pacífico, ésta también es una de las favoritas de los surfistas; sus olas de hasta dos metros de altura representan todo un reto para los expertos, pero si te encuentras entre los viajeros sibaritas quizá lo que más agradezcas son sus ostiones.
La Celestina y Mariscos El Chapo son dos restaurantes a la orilla del mar donde puedes probarlos en distintas preparaciones. Inmejorable un atardecer con vista al océano y mariscos frescos.
Conexión con la vida marina
Más allá del majestuoso paisaje que ofrece Michoacán entre montañas, ríos y costas, una de sus playas sobresale por entre las otras al tener una tonalidad azul inimaginable, y de ahí su nombre, Playa Azul.
Playa Azul es perfecta para los amantes del ecoturismo, en particular para los exploradores de la vida marina. Aquí se encuentra uno de los muchos tortugueros, campamentos dedicados a proteger a las tortugas marinas desde que vienen a desovar hasta que sus crías recién nacidas se dirigen de regreso al mar.
En octubre allí se realiza un evento especial para la concientización del cuidado de esta especie; sin embargo, durante todo el año es posible participar en programas de ayuda y protección para el cuidado del medio ambiente.
Playa Azul se encuentra a 26 km de la ciudad Lázaro Cárdenas y, además de ser un destino para la práctica ecoturística, también lo es para el surf.
Su oferta hotelera va desde bungalows privados con accesos privilegiados y directos al mar abierto, hasta zonas de camping.
En el corazón
La Bahía de Cacaluta, en Oaxaca, es un destino virgen conformado por dos playas: Cacaluta y Arroyo. Éstas, al verlas en conjunto, semejan la forma de un corazón abierto al océano.
En esta bahía no hay casi actividad humana alguna, lo que la convierte en el destino que buscamos cuando necesitamos recargar las pilas sin distracciones.
Podrías pasar días enteros viendo a las gaviotas y garzas sobrevolar el mar en busca de alimento, y a los zopilotes hacer lo mismo sobre tierra firme; pero no te preocupes, que en ninguno de los casos el objetivo serás tú.
A ti te toca disfrutar de un viaje del interior del marina con la ayuda del snórkel. Casi en todas las temporadas podrás ver diversas especies de tortugas marinas, mientras que en el invierno es posible avistar desde un bote o tierra firme a los delfines que habitan estas aguas y a las ballenas que migran desde el norte.
El senderismo en los alrededores de la bahía es otra forma de conocer la naturaleza del lugar; los manglares y los mezquites son las especies que decoran la playa y te adentran a una aventura por la selva baja.
Existen dos opciones para llegar a la Bahía Cacaluta, una es tomando una embarcación en la Bahía de Santa Cruz en Huatulco y la otra es atravesar un camino de terracería que comienza en el Parque Nacional de Huatulco pero con ayuda de un guía, pues el acceso parece estar escondido y podrías perderte con facilidad.