Cuando la tradición y artesanalidad se encuentran con la innovación

Restaurar una Hacienda en Jalisco para hacer tequila podría parecer un proyecto muy “loco” para algunos, pero no para todos.

09 Mar 2021
Cuando la tradición y artesanalidad se encuentran con la innovación

Loco Tequila nació con la visión de crear el mejor tequila del mundo y con ello transformar la industria Tequilera produciendo acorde a los procesos artesanales, alta calidad, innovación y tradición. Esta ambición ha causado escepticismo en algunos y admiración en muchos. Para quienes creían haberlo probado todo en el mundo del tequila, es hora de replanteárselo y la mejor manera de hacerlo es visitar los orígenes de esta bebida.

Hacienda La Providencia

Loco Tequila encuentra su fuerza e inspiración en la tradición. Para hallarla, los fundadores fueron a El Arenal, un valle en Jalisco que vio nacer la industria tequilera —no por nada se conoce como la puerta del paisaje Agavero—, en cuyo corazón se encuentra la Hacienda La Providencia.

Loco Tequila

La historia de la Hacienda se remonta hasta el siglo XVIII.

Como todas las grandes haciendas del país, La Providencia pasó por muchas manos hasta encontrar su grandeza. Según el INAH, esta es una de las más antiguas del país pero esa es tan sólo una de las razones por las que la UNESCO decidió contemplarla como Patrimonio Mundial junto con el ‘Paisaje de agaves y antiguas instalaciones industriales de Tequila’ en 2006.

Loco Tequila

Arenal es el pequeño pueblo, no muy lejos de Guadalajara, en donde se encuentra la Hacienda la Providencia.

El rol de esta hacienda en el tequila no sólo es de tradición, sino que en su ADN también está la innovación: fue de los primeros lugares en utilizar tecnología de punta en la producción del tequila, Avelino Ruiz la convirtió en la primera casa exportadora de tequila a Europa vía Estados Unidos bajo la marca Providencia Rey y, después de que Loco Tequila la comprara, se convertirá en la primera destilería en hacer un tequila de terruño.

El Terruño

“Terruño” es un término equivalente al francés terroir y se define como la combinación de factores naturales inmutables —como la capa superior del suelo, el subsuelo, el clima, la pendiente y la altitud— que tiene una región en particular. Según los expertos, hay una alta probabilidad de que no haya dos terruños en todo el mundo con la misma combinación de factores. Así que un terruño es único e irrepetible.

La calidad de un tequila empieza por la tierra en la que crecen los agaves.

El agua con la que se hace el tequila, proveniente del Bosque La Primavera, tiene una pureza que se siente en el producto. Todas las condiciones que se dan en esta zona —clima, cualidades del suelo, ubicación geográfica, pureza del agua, origen de las plantas de agave y proceso de producción artesanal— son las que permiten decir que Loco Tequila es una bebida arraigada al terruño. Pero, para que esta bebida se convierta en la delicia que conocemos, se necesita de la intervención del hombre y es en el proceso donde radica —en gran medida— la diferencia entre un buen tequila y uno excepcional.

El proceso

Uno de los objetivos de Loco Tequila, desde el inicio, ha sido recuperar los procesos artesanales que se llevaban a cabo en la zona y mantener la tradición en el proceso. Para eso, la empresa buscó al experto agavero José Antonio Sánchez López, quien sabe diferenciar rápidamente qué agave está en su punto óptimo de madurez y qué otro necesita más tiempo. José Antonio pasa gran parte del día caminando por los campos de agave de los que es responsable y selecciona una por una las plantas que se van a ocupar para la destilación del tequila. 

Los timadores de Loco Tequila saben elegir a simple vista qué plantas están listas para ser rasuradas.

Una vez que están seleccionadas, pasan por un proceso de doble jimación —a diferencia del resto del mercado que sólo lo hacen una vez— y son llevadas a un horno de mampostería siguiendo la artesanalidad de este emblemático líquido. Después de casi tres días en los hornos, parte de las piñas cocidas son llevadas a la tahona, una piedra ancestral de molienda, de unas dos toneladas que macera lentamente el agave para obtener el jugo del agave para que, en la fermentación, los azúcares se transformen en alcohol. Los jugos de agave se transportan a los tanques de fermentación, donde se agregan las fibras maceradas. Otra parte de las piñas se muele en un pequeño molino mecánico. 

La fermentación es un proceso clave en la elaboración de lograr un producto premium por un tequila de la más alta calidad.

Para los líquidos base de Loco Tequila se utilizan tres tipos diferentes de fermentación: en contenedores de acero inoxidable; en tanques de madera rescatados de la antigua hacienda y restaurados, y en piletas de cemento. Ésta es una parte fundamental, pues las levaduras trabajan de manera diferente en cada contenedor y dan, en consecuencia, resultados distintos. Una vez terminado el proceso de fermentación, los mostos muertos pasan a la destilación en pequeños alambiques de cobre. En esta parte del proceso, la precisión vuelve a jugar un papel importante a la hora de hacer los cortes para lograr un destilado único.

Es gracias a este riguroso proceso que Loco Tequila logra producir una bebida de extraordinaria calidad, que rescata los valores y la identidad original del tequila, así como los sabores de los agaves y la tierra donde éstos crecen.

Diseñadas por Jan Hendrix, las cajas y las botellas simbolizan la filosofía de Loco Tequila: juntar la tradición con la innovación para lograr un producto premium.

La Locura

Para muchos, la locura generalmente se asocia a la pérdida de la razón. Sin embargo, esta palabra tiene muchos sentidos diferentes. La locura puede ser entendida como una manera poco ortodoxa de hacer las cosas, de pensar fuera de las reglas establecidas. También puede ser la capacidad para renovar tradiciones que parecían imposibles de cambiar. Algunos de los grandes transformadores de la historia fueron llamados locos: Van Gogh, Beethoven, Dalí o Newton. Pero estos grandes genios en realidad pensaron fuera del centro y llevaron su arte hacia nuevas esferas.

Este es un tequila que lleva la “L” como estandarte, como símbolo que estar loco puede llevar a grandes cosas.

Dentro de la locura de Loco Tequila está el dejar un legado, por lo que decidieron restaurar la Hacienda con el objetivo de convertirla en la mejor destilería de México, rescatando su esencia e integrando innovación, calidad y carácter únicos. Es ahí donde nacieron los tequilas Loco Blanco y el Loco Blanco Puro Corazón, el cual destaca por su proceso, en el que al llegar a la destilación, el maestro destilador separa gota a gota la esencia del Tequila, logrando tener solamente el Corazón de la destilación, lo más puro y fino. Un proceso nunca antes visto que, en consecuencia, arroja una botella de tequila como ninguna otra que hayamos visto en los estantes de las mejores licoreras.

El producto final busca posicionarse como el mejor tequila de México y el mundo.

Al conocer su historia, queda claro que Loco Tequila se inspiró en los grandes artistas y pensadores de la historia, “esos que más que seguir una tendencia, la crearon y se volvieron locos en la búsqueda de lo extraordinario, locos por hacer las cosas diferentes, locos por los detalles, locos por ser y hacer algo que no se compare con el resto”, según rezan los principios de su locura. Locura que se puede resumir en querer revolucionar la industria del tequila.

Para más información, visita locotequila.mx

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