Desayuna muy bien, pero nada que pueda ser indigesto. Mejor prevenir que lamentar.
Lo más importante en un festival es tener buen ánimo, ir dispuesto a pasarla bien y a no quejarse por nada (sol, lluvia, lodo, tumultos). Nada más sano que llegar con toda la intención de divertirse, pase lo que pase.
Cuando te canses, siéntate, come algo, date un break y disfruta de poder tirarte por ahí. No hay que pedirle demasiado al cuerpo.
Si no te interesa la banda que cierra, ¡vete antes! Esos 20 minutos hacen la diferencia.
Si no quieres perderte el último número, no tengas prisa al salir, evita las multitudes y mejor disfruta el escenario postapocalíptico cuando la multitud abandona.
Si nunca has ido a un festival, empieza con uno pequeño y de un día. ¡Entrénate!
A la hora de comer, ve preparado para hacer largas filas o esquivarlas comiendo a deshoras. Lleva dinero en efectivo y tarjeta, nunca sabes cuál te sacará de un apuro.
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