En 2011, la diseñadora Marisol Centeno comenzó a crear un proyecto con la idea de plasmar color, historias y belleza en distintas piezas.
Fue así como en 2012 fundó Bi Yuu, una marca donde la tradición textil encontró una plataforma para la innovación, intercambio y desarrollo social.
A cinco años de arrancar con este sueño, hoy, Bi Yuu se consolida con un equipo de 32 artesanos y sus familias en Teotitlán del Valle, Oaxaca, así como un nuevo proceso que integra una comunidad en Chiapas. En ambos casos se realiza un intercambio de conocimientos entre el estudio de Marisol y diseñadores locales.
Esto le permite a la marca construir constantes estrategias para lograr sus objetivos y plantear nuevas metas, así como generar tecnología e innovación en procesos de tejido y teñido.
“Marisol nos da mucha confianza, siempre nos está preguntando y apoyando en cosas que uno no sabe o que ella no sabe, nos estamos apoyando entre todos, yo no me guardo nada con ella y así crece la confianza. Todas nuestras opiniones son respetadas, funcionamos entrelazados”, Armando Mendoza, artesano.
“Para mí, es una gran ventaja trabajar con Bi Yuu y sólo dedicarme a tejer, porque es una cadena muy grande, yo ya lo viví y había que salir a vender, era montón de trabajo. Yo valoro mucho todo el trabajo que está atrás de todo y que sea una venta segura”, Jesús Sosa, artesano.
“Aprendemos muchas cosas, una de ellas es trabajar con otro materiales y a hacer trabajos que no habíamos hecho”, Lorenzo Bautista, artesano.
En cuestión de los tintes hemos aprendido nuevos colores y nuevas fórmulas.Lorenzo Bautista, artesano.