Viajar a Nueva York es adentrarse a una de las ciudades con mayor escena artística. Sus galerías son de gran importancia a nivel mundial y sus museos albergan cuadros de los más grandes pintores de todos los tiempos. Uno de sus recintos culturales más importantes es el Museo de Arte Moderno de la Ciudad de Nueva York, conocido como el MoMa.
El MoMA fue el primer museo en Norteamérica dedicado exclusivamente al arte moderno y dentro de sus 60 mil metros cuadrados hay piezas de los mayores representantes de las corrientes del siglo XX, entre ellos Picasso, Van Gogh, Jackson Pullock, Kandinsky e incluso Frida Kahlo.
Las actividades que se pueden realizar dentro del sitio son vastas, desde recorrer la exposición permanente, atestiguar las principales galerías y contemplar el jardín escultórico, visitar la biblioteca o comer algo en su restaurante principal cuya gastronomía está a cargo del chef Abraham Bissel, puede llevarnos más de una semana. Así que para hacer la visita más fácil y poder ver las obras esenciales en la primera visita, decimos hacer una lista de 10 obras que son obligadas para cualquier visitante de este recinto.
Noche estrellada, Van Gogh
Para muchos es la obra maestra del pintor holandés y una de las principales de todo el movimiento postimpresionista. La pieza ha sido estudiada por varias décadas, y sin duda para los expertos siempre será un misterio el enigmático circulo amarillo en la esquina superior derecha. Para algunos esta forma abstracta representa al Sol, mientras para otros es el planeta Venus.
Los nenúfares, Claude Monet
Más que una sola pintura, los nenúfares de Monet son una colección de alrededor de 250 piezas pintadas durante la vida adulta del pintor cuando se mudó al pueblo francés de Giverny. El museo adquirió varias obras de esta colección, sin embargo hay que recordar que durante un incendio en 1950 varios cuadros del MoMA resultaron dañados, entre ellos algunos del francés.
Lata de sopa campbell, Andy Warhol
Esta serie de cuadros con latas Campbell representan las piezas más famosas de Andy Warhol. Además de volverse famosos instantáneamente (como la sopa) estos dibujos del Pop Art despertaron polémica entre la gente, ya que enfrentaron por primera vez a la comunidad artística con los monopolios y el predominio de las marcas en la sociedad del consumo.
La persistencia de la memoria, Salvador Dalí
Una pieza que no hace falta más que verla para saber quién fue su autor. Los relojes derretidos, la criatura blanca al centros, el uso de colores y en general toda la extrañeza que caracteriza al cuadro la convierte en una obra maestra del mayor exponente del surrealismo: Salvador Dalí.
Las señoritas de Avignon, Pablo Picasso
Esta es otro tesoro resguardado por el MoMA. Esta obra de Picasso fue una de las más controversiales de su época ya que se trata de un recuerdo del pintor en un burdel. Es esta pieza cinco mujeres desnudas, representadas geométricamente, están viendo fijamente, de una manera casi provocativa, al espectador.
Estación de Gas, Edward Hopper
Hopper fue un pintor al que le interesaba plasmar de forma realista la vida norteamericana. Sin importar si se trataba de una estación de tren o de una cafetería en medios de la nada, Hopper pintó su país tal y como lo percibía. Esta obra en específico la realizó en 1940 mientras pasaba por un periodo de depresión generado por una serie de operaciones quirúrgicas.
Interior holandés, Joan Miró
Esta fue la primera obra de una serie que el artista español pintó durante su viaje por Holanda. En esta colección Miró refleja su estilo particular y se aleja de los movimientos cubistas y expresionistas, para explorar el inconsciente humano.
Los amantes, René Magritte
Se trata de una de las obras icónicas del movimiento surrealista. Fue creada en 1928 y en ella se plasma uno de los besos más enigmáticos de la historia, ya que lo único que podemos suponer (por el velo que les cubre la cara ) es que se tratan de un hombre y una mujer que comparten un momento romántico.
Autorretrato con pelo cortado, Frida Kahlo
La obra de Frida kahlo logró traspasar fronteras por lo que algunas de sus piezas se encuentran en museos de varias partes del mundo. En el caso de esta pintura, lo primero que se observa es la frase (perteneciente a un corrido de la época): “Mira que si te quise fue por el pelo, ahora que estás pelona ya no te quiero”, lo que da fe de la personalidad rebelde de la artista quien en este autorretrato buscó desafiar el estándar de belleza con un simple corte de pelo.
La canción de amor, Giorgio de Chirico
La pintura pertenece al periodo metafísico del pintor, en ella se revela una realidad paralela cuyo único denominador común es el arte. En la obra se puede ver una yuxtaposición del mundo clásico con el mundo moderno del principio del siglo XX.
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