“Less is (a) bore”
– Robert Venturi
En 1940, la nueva y reluciente estación de ferrocarriles de la Union Pacific tomó el lugar que hasta entonces ocupaba el Depósito de Salt Lake City —un edificio de Estilo Misión construido por mormones, paradójicamente, fundadores de Las Vegas— en la esquina de Main y Fremont. La publicidad de su época la describía como “la primera estación de ferrocarriles para pasajeros streamlined, totalmente climatizada”. Sin embargo, el viaje en tren desde Los Ángeles, el llamado Las Vegas Holiday Special, se descontinuó en 1968 y la estación se demolió para dar paso al que sería el hotel-casino más grande del mundo: el Plaza, que desde 1971 domina la calle Fremont y sus icónicos letreros de neón.
En estos letreros luminosos se puede cifrar no sólo la historia de la ciudad del juego más importante de este lado del planeta—Macao es su contraparte asiática—, sino de una parte de la historia del diseño de Estados Unidos. En la actual Fremont Street Experience sucede un espectáculo de proyecciones en el domo de una suerte de Capilla Sixtina de pantallas que recubre tres cuadras, pero también pueden verse los neones de antes —eso sí, actualizados—. Están las marquesinas y tipografías del Golden Nugget, además del Binion’s y el icónico personaje “Vegas Vic” del Pioneer Saloon, el cowboy que guiña el ojo mientras sostiene en la comisura de los labios un cigarro eléctrico.
YESCO y The Neon Museum
Es posible recorrer la historia de Las Vegas a través de los letreros de sus casinos. El clásico “Welcome to Fabulous Las Vegas, Nevada”, emplazado en 1959 y catalogado como sitio histórico es, por decir los menos, también el mejor ejemplo del starburst (representación de un estallido o resplandor del googie style). Creado por la compañía YESCO (Young Electric Sign Company), que fuera fundada en 1920 por el pintor inglés Thomas Young, al paso del tiempo sumaría entre sus creaciones parte de la historia de la tipografía luminosa que caracteriza los años dorados de las capitales de Estados Unidos. Ejemplo de ello son los letreros de la NBC Experience Globe en Nueva York, las emblemáticas marquesinas de El Capitan Theatre y del Hollywood Wax Museum en Los Ángeles, el Arco de Reno y la mencionada figura de “Vegas Vic”.
Por ello, para apreciar en forma este fenómeno es necesario conocer el deslumbrante cementerio de piezas que yace en The Neon Museum. Albergado en una de las construcciones más particulares de la ciudad, La Concha Motel (1961) —diseñado por Paul Revere Williams, el primer arquitecto afroamericano reconocido—, es actualmente el centro de visitantes del espacio que resguarda las más clásicas tipografías luminosas de la Sin City del Rat Pack: Riviera, Algiers Hotel, Tropicana, Silver Slipper, Sahara, Yucca y el Stardust, por mencionar sólo algunos entre los muchos otros casinos que ya no existen —o sí, pero en versión contemporánea— tanto en Fremont como en The Strip, donde ahora las luces apuntan a la boutique de Louis Vuitton. En esta enorme tienda se puede visitar (con previa cita y meses de antelación) el eco de esta estética con Akhob, la experiencia inmersiva creada por James Turrell, el máximo artista de la región de las luces estelares.
Pero en definitiva, el estilo implementado por Revere en La Concha y su cercanía conceptual con arquitectos galácticos, como Félix Candela y las geodésicas de su maestro Buckminster Fuller, puede ser considerado como la culminación del populuxeo doo-wop, que tuvo su apogeo entre las décadas de 1950 y 1960 en plena cultura de la velocidad, el automóvil, los jets y la era espacial y atómica, y cuya obra máxima, el Aeropuerto Internacional de Los Ángeles (1963), lo ubican no sólo como uno de los grandes representantes del diseño de la Costa Oeste, sino como el máximo exponente del googie style.
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Foto portada: Ritta Trejo
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