La capital del estado de Sinaloa es la ciudad que aloja al Jardín Botánico Culiacán. Este lugar fue fundado en 1986, y desde entonces ha sido uno de los más importantes del país por la gran diversidad de flora que aloja. Es un espacio de 10 hectáreas con más de 1 000 especies de plantas de distintas regiones del mundo, y que además se ocupa de la reproducción, investigación y documentación de plantas que están en peligro de desaparecer. Hasta ahí, todo muy bien.
Sin embargo, hace ocho años se empezó a gestar un proyecto que incluso hoy en día sigue sin terminarse, pero que ha generado miradas curiosas de todas partes del mundo. En 2004 se le pidió —con la excusa de fusionar la ciencia con la cultura— al curador Patrick Charpenel (quien actualmente está encargado de la curaduría del nuevo museo de la Colección Jumex que se abrirá en la ciudad de México) que invitara a un grupo amplio de artistas mexicanos (37, específicamente) a crear instalaciones y obras para que adornaran el jardín. Entre los artistas convocados se encuentran Gabriel Orozco, Teresa Margolles, Pedro Reyes, James Turrell, Richard Long, Anri Sala, Sofía Táboas, entre muchos otros. Siguiendo el paso a la curaduría de Charpenel, unos años después, se diseñó un Plan Maestro arquitectónico con Tatiana Bilbao a la cabeza, quien integró al Jardín Botánico espacios para la educación cultural como un taller de cerámica, biblioteca y un pabellón de exhibiciones. Su obra obtuvo la medalla de plata en la Bienal Nacional de Arquitectura Mexicana 2012, y el jardín por sí mismo fue ganador de la I Bienal de Arquitectura de Paisaje. Aun cuando la idea del crecimiento del Jardín Botánico Culiacán lleva varios años desarrollándose, y aún le falta poner los puntos finales, es uno de los más grandes y ambiciosos proyectos que vale la pena visitar.
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Av. de las Américas 2141, Burócrata
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Culiacán, Sinaloa
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T. (667) 715 0036