Tribilín no es el nombre de la mascota de este hotel ni tampoco tiene que ver con un juego para niños instalado en algún jardín. Tribilín es el nombre de la avioneta Maule M7 que los huéspedes de Cuixmala y San Antonio pueden usar para trasladarse entre ambas propiedades (una en la costa de Careyes y la otra en las faldas de los volcanes de Colima). La pequeña nave monomotor es tan ligera que puede despegar desde casi cualquier terreno, incluida la playa o una pista cubierta de pasto. Y la experiencia de volar en ella es, a decir lo menos, divertidísima.
El piloto, Ernesto Gómez, vuela con confianza la nave, mientras que los inexpertos pasajeros sudan ligeramente, cuando el viento hace bailar al avión en el aire. Apenas rozando los 10 000 pies, a bordo de Tribilín se puede hasta llamar por teléfono, pues la señal llega a estas alturas. A medio camino, Ernesto no se resiste y, mientras explica a los tres pasajeros (sólo caben cuatro personas en el pequeñísimo avión) algunos aspectos técnicos, deja caer el avión unos metros para demostrar el efecto de las turbulencias. Unos ríen y otros se asustan, en tanto que el piloto sonríe confiado. Otros incluso dejamos escapar un pequeño grito. A lo lejos empieza a aparecer el volcán nevado de Colima.
CUIXMALA
HACIENDA DE SAN ANTONIO
Reservaciones al 01 800 590 3845