Ruta purépecha
De Ciudad de México a Uruapan, 414 km.
POR: Redacción Travesías
Michoacán es mucho más que Morelia, su indiscutible capital cultural. A menos de una hora se encuentran poblados místicos dignos de conocer en un roadtrip con amigos o en pareja. Claro que no se puede hacer en cualquier auto, para ello, elegimos la nueva Audi Q7 3.0 TFSI S Line por sus cualidades de manejo, especialmente útiles en carretera, y su confort interior, con su amplio espacio en el habitáculo y asientos con seis diferentes posiciones para no cansarse en el trayecto.
Salimos al mediodía de la Ciudad de México, desde Toluca vía Atlacomulco. Por este camino es mucho más rápido que por Querétaro. Hacemos dos horas y media. Al llegar a Morelia, visitamos el poco conocido Colegio Nacional de San Nicolás de Hidalgo, un palacio virreinal del que Miguel Hidalgo fue rector, y donde Melchor Ocampo estudió (de hecho, su corazón reposa en un salón cerrado al público); además, presume murales de Marion Greenwood y Fermín Revueltas. Hoy funciona como preparatoria.
A tres cuadras está el Museo del Dulce, sobre la avenida Madero, antes De La Calle Real, que le da nombre a la tienda de dulces donde se ubica. La fotografía antigua con traje porfiriano incluido es obligada, antes del breve tour sobre la historia de Morelia y la fabricación del ate a lo largo del tiempo; el último paso es a la cocina típica michoacana, donde nos enseñan a elaborar el ate en vasija de cobre.
Alejado del bullicio del centro, nuestro hotel, el Villa Montaña, es ideal para desconectarse de todo y recargar las energías. De estilo mexicano, con patios y jardines y una hermosa alberca, hasta dan ganas de que sea invierno para prender la chimenea.
Al día siguiente salimos a las 10 de la mañana rumbo al municipio de Pátzcuaro. Paramos primero en Tzintzuntzán, donde se encuentra el convento de Santa Ana, que vale por su belleza arquitectónica y la réplica de una cocina antigua. En los jardines sobreviven los olivos que plantó en 1525 “Tata Vasco”, el obispo evangelizador Vasco de Quiroga.
Hacemos una breve escala en el municipio de Quiroga, sólo para comer en el restaurante de carnitas Carmelo. Ahora nos aventuramos por la carretera libre a Pátzcuaro para admirar la puesta de sol a espaldas de Janitzio. Aquí supimos de qué está hecha la suv, porque en una carretera pequeña de doble sentido, llena de curvas y animales, las asistencias me corrigen si freno en curva, y al utilizar la caja automática con modo manual Tiptronic puedo bajar o subir la marcha con las paletas del volante, y me siento segura.
Al llegar al centro de Pátzcuaro visitamos Los Once Patios, un complejo cultural con restaurantes y artesanía, en Arte San compramos un huanengo, la vestimenta típica michoacana (tejido de punto de cruz sobre tela cuadrillé). También, un helado de “pasta” de la isla de La Pacanda. Dormimos en el Hotel Los Escudos, en los arcos de la plaza principal.
Nuestra última parada es Zirahuén, un destino vacacional con un hermoso lago, ideal para el ecoturismo. En el complejo Zirahuén Forest & Resort se puede hacer tirolesa, kayak, rentar un caballo o bicicleta; comer y hasta hospedarse en una cabaña.
Llueve a raudales y eso nos obliga a irnos directo a Santa Clara del Cobre, a 10 minutos. Al salir nos topamos con piedras, lodo y charcos profundos; la tracción quattro del Audi Q7 se luce al repartir la fuerza del motor en las cuatro ruedas para mantenerse en control ante el complicado terreno.
Al llegar visitamos el Museo del Cobre y una fragua, como se le conoce localmente a los talleres artesanales donde se hace y se amartilla el cobre, lo que le da ese acabado único que los enorgullece.
Antes de que caiga la noche nos dirigimos a Uruapan, la segunda ciudad más grande de Michoacán y poderosa productora de aguacate. Debemos tomar un tramo de la carretera, donde los autos se “comen” gran parte del carril opuesto; circulamos junto al acotamiento, y cuando es necesario rebasar, el potente torque de la Q7 lo permite sin desestabilizarse; acelera en 6.3 segundos hasta 100 km/h, pero en tres segundos acelera con una gran respuesta.
Llegamos al fraccionamiento donde está el Parque Nacional de Uruapan, junto al que se encuentra el hotel Mansión del Cupatitzio, en el que cenamos sopa de aguacate, uchepos (tamales de elote a la michoacana) y un corte con huitlacoche. A la mañana siguiente admiramos las cascadas naturales y fuentes artificiales del parque. Es nuestra última parada antes de volver a casa.
AUDI Q7 TFSI S LINE
Motor
3.0L con 6 cilindros
V Supercargado
Potencia
333HP
Tracción
Quattro
Torque
440Nm @ 2,900-5,300RPM
Transmisión
automática Tiptronic de 8 velocidades
Aceleración
0 a 100 km/h en 6.3 segundos
Modos Audi Drive Select
Eco, Confort, Sport, Super Sport, All Road
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