Pocos lo saben pero después del peñón de Gibraltar, en la península ibérica, y el Pan de Azúcar, en Rio de Janeiro, México tiene el tercer monolito más grande del mundo. Con 288 metros de altura y más 10 millones de años de existencia, la Peña de Bernal —ubicada en el municipio de Ezequiel Montes, en el estado de Querétaro— ha sido testigo de la historia de México y es la puerta de entrada a la famosa Sierra Gorda.
A los pies de la Peña se encuentra un pequeño y pintoresco pueblo, San Sebastían Bernal, fundado a mediado del siglo XVII y catalogado como “Pueblo Mágico” por la Secretaría de Turismo. El pueblo de Bernal ofrece una estancia cómoda, sus pequeñas calles y sus cuidas casas lo hacen un espléndido lugar para caminar y visitar las edificaciones del siglo XVIII, como la capilla de las Ánimas, el Templo de San Sebastián Mártir o la Capilla de la Santa Cruz.
Además de la oportunida de escalar la roca, Bernal ofrece una increíble variedad de minerales como cuarzos, obsidiana, rosa del desierto, o de piedras semi-preciosas recolectadas en las minas y las zonas desérticas de la región.
