Hay que imaginarse un espacio que es más spa y más resort que hotel, donde en lugar de quedarse en el cuarto uno quiere aprovechar los espacios abiertos, el agua, los jardines, y si hay suerte, la tina exterior en la terraza. Eso es más o menos The Standard Miami. No es el típico hotel, de hecho, es todo lo contrario. Parece más una casa que un hotel, especialmente en espacios como su Lido Bar o el Juice Café & Terrace, e incluso en el looby, donde uno se encuentra de pronto en una sala superdecorada, pero al tiempo acogedora y agradable.
Tampoco es raro que esto pase cuando uno está en Belle Isle, la primera de las islas que atraviesa Venetian Way, conectando el centro con South Beach. Además, aquí estuvo mucho tiempo el Lido Spa Hotel y hoy se conserva su hermosa arquitectura modernista, sus espacios funcionales, amplios y limpios y ese espíritu de relajación como de otro tiempo.
De hecho, tal vez la mejor parte del hotel sea su spa, un espacio de hidroterapia que ofrece hasta 40 tratamientos diferentes, hammam, sauna, vapor, regaderas de distintos tamaños y presión, alberca ártica, alberca de sonido, tinas con lodo, regaderas romanas son apenas algunos de los espacios que, además, fueron especialmente diseñados para invitar a quedarse. Mucho más que apuntarse a un masaje o tratamiento, aquí la idea es pasarse al menos un par de horas.
La experiencia oasis se completa en la alberca, que mira al mar, y en Lido Bayside Grill, a cargo del chef Mark Zeitouni. Se trata de un espacio abierto, fresco e informal donde a uno se le olvida que el centro de Miami está literalmente a un par de minutos. La especialidad del restaurante son los pescados y carnes orgánicos que se preparan con una inspiración en la dieta mediterránea y que siempre saben mejor si se acompañan con alguno de los vinos biodinamicos que ofrece la carta. Una isla relajada y con onda en plena ciudad.