Desde hace algunos años la idea de recorrer sitios abandonados ha tenido mucho éxito entre los viajeros. La página Abandoned Berlin empezó con esta tendencia en 2013, reseñando espacios decrépitos, edificios negados de un futuro y carcomidos por el tiempo, habitados por grafitis y hiedras.
Nueva York no se podía quedar atrás y lo hace a lo grande con el Bannerman Castle, en Beacon. 50 millas al norte de Nueva York, por el Río Hudson, aparece la Isla Pollepel, a la que se puede acceder por tren o desde Cold Spring, Cornwall o Beacon.
Su historia va más o menos así: para empezar no se trata de un castillo sino que sirvió de bodega para equipo militar que vendió la familia Bannerman durante la Revolución de Estados Unidos y la Primera Guerra Mundial. En 1901 comenzó la construcción del arsenal militar privado a raíz de que sus bodegas en Brooklyn ya no se daban abasto. Además de la estructura principal, existe un castillito en medio de la isla; que se construyó a la par, con la idea de que fuera usado como residencia para la familia Bannerman.
En 1920 hubo una explosión de pólvora y el fuego consumió todo. Además, el ferry que llegaba a la isla se hundió. Pasaron los años y nadie se hizo cargo del complejo. El castillo ha sufrido daños severos con el paso del tiempo: en 2002 su bello letrero frontal se partió a la mitad; en diciembre de 2009 una parte considerable del castillo colapsó, su torre más alta se vino abajo; finalmente, en 2010 hubo una tormenta que derrumbó otra de las torres.
Hace unos años, gracias a The Brannerman Castle Trust, nació la iniciativa de preservar el castillo como espacio cultural, educativo e histórico. Desde entonces se organizan visitas guiadas, todos los sábado y domingos, además de otras actividades recreativas como tour nocturnos, paseos en barco y hasta cenas.
Para visitarlo y saber más sobre las actividades en la isla: Bannerman Castle.