La casa de la playa

Tu próxima historia entre los magníficos paisajes de la Riviera Maya será en La Casa de la Playa, una experiencia a la medida para disfrutar a la orilla del mar. 

29 Nov 2022
La Casa de la Playa

Escuchar las olas romper en la playa. Ese sonido, prácticamente vital, llena nuestros oídos y alimenta el espíritu. El cielo, la arena, la gigante masa de agua. Todo es perfecto. Tal como lo han hecho notar desde el primer instante, parece que lo que ofrece el hotel boutique de lujo La Casa de la Playa y sus alrededores nos estaba esperando.

No se trata solo de un hotel. Es, como su nombre dice, un hogar. Uno largamente soñado que solo un grupo con la experiencia en hospitalidad de lujo que tiene Xcaret, podía concebir. Cada milímetro ha sido planeado y ejecutado a la perfección. Con una atención y servicio impecables, así como un diseño que integra piezas producidas por talento mexicano, en La Casa de la Playa se pueden encontrar experiencias de hospedaje únicas entre la selva maya y el mar Caribe de Quintana Roo.

La Casa de la Playa

En La Casa de la Playa hay ecos de la historia, pero todo tiene el halo sorprendente de la innovación. Algo que se evidencia en los exteriores e interiores del hotel por medio de las piedras de los muros, las maderas que a veces se presentan perfectamente pulidas y otras más bien rústicas como en algunos techos que nos recuerdan la humedad y exuberancia de un ecosistema que, hoy en día, sigue siendo hogar de las llamadas “medusas sombrilla” o “medusas luna”. Pequeñas maravillas marinas a las que es posible conocer sin salir de la habitación puesto que en todas hay un hábitat para ellas. Algo que no solo es un atractivo especial, sino parte del Programa de reproducción de Grupo Xcaret, que existe para proteger a esta y otras especies.

Lujo a la carta

La paz es uno de los valores que más se preservan. Aunque hay 63 suites, por momentos parecería que uno está solo en el edén. Porque a pesar de que hay distintos formatos de estancia —seis suites y tres master suites— todas cuentan con alberca privada, tinas de piedra volcánica con vistas a la naturaleza, un beneficio que refuerza la sensación de solitud, calma y unión con el paisaje.

Cuando llega el momento de comer, todo son delicias concebidas por famosos chefs de alta gastronomía —como Martha Ortiz, Virgilio Martínez y los hermanos Rivera-Río (Rodrigo, Patricio y Daniel), los tres mencionados en los listados más prominentes de la industria gastronómica— y, cuando la aventura llama, los mayordomos están siempre dispuestos a diseñar una excursión personalizada ya sea dentro o fuera del hotel como un tour de espeleología en cavernas vírgenes, cenas con jazz en vivo en el impactante cenote Río Azul, una experiencia backstage del reconocido espectáculo Xcaret México Espectacular y hasta emotivos rituales de purificación para relajar la mente y, como dicen aquí, “reconfortar el corazón”, que tanto merece un momento para dejar atrás el estrés y abrazar todas las maravillas que ofrece el momento presente en La Casa de la Playa.

La Casa de la Playa

Una casa para ser feliz

Las posibilidades para sacar el máximo provecho de este hotel-destino son tan amplias como uno lo desee porque, aún sin salir del hotel, hay mucho que explorar en las áreas naturales que lo rodean y también en sus terrazas, restaurantes —el mexicano Tuch de Luna de la Chef Martha Ortíz, el mexico-peruano Estero, del mejor Chef Latinoamericano reconocido por The World’s 50 Best Restaurants, Virgilio Martínez—, espacios como una apetecible chocolatería diseñada por Mao Montiel, la biblioteca que tiene el mejor café de altura de la zona, la cava que, con curaduría de la sommelier Sandra Fernández, nos pone al alcance los mejores vinos nacionales e internacionales y hasta una concept store de arte mexicano. Una variedad amplia y sobre todo maleable para que cada persona lo pueda experimentar tal y como promete el concepto único del hotel: Exclusively your way. Y es que, dado que estás en casa —tu casa de la playa— puedes hacer todo cuando y como quieras. Un nivel de flexibilidad nunca visto en un hospedaje convencional.

Abres los ojos. Los magníficos paisajes de la Riviera Maya están ahí para ti. Lo que hay alrededor es tu hogar. Aunque te vayas. Porque, como asegura Xcaret, “nuestra casa está donde está el corazón” y ningún corazón querría abandonar nunca este paraíso.

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