Ubicada en el extremo norte de Isla Mujeres, esta formación natural, con sus aguas cálidas, cristalinas y turquesas, es uno de esos rincones que sorprenden en la Península de Yucatán.
Un secreto oculto a pasos de un hotel
En el norte de la Iisla Mujeres hay un puente de madera que conecta con Mia Reef, el hotel que tiene el acceso exclusivo a la gran Piscina del Rey.
Otro puente de madera te conduce también del hotel a la Piscina: con sólo, al bajar un par de escalones estarás disfrutando del agua salada y las olas rompiendo en las rocas, que le otorgan su forma circular.
La mejor hora de disfrutar de la belleza natural es al atardecer, cuando a la vista infinita del océano se le suma el vuelo de los charranes.
Lo ideal para disfrutar de la naturaleza y de este rincón caribeño es hospedarse por una noche aquí, aunque no es un requisito; de hecho, Mia cuenta con un day pass que incluye, por supuesto, el acceso a la Piscina por unas horas.
Y si bien no es necesaria hacer una reservación es recomendable preguntar al personal del hotel si la Piscina del Rey estará abierta, ya que -entre las posibles restricciones por Covid, el clima y el mantenimiento-, no siempre está disponible.
De paseo por la isla
Aunque siete kilómetros de costa parecen poco, Isla Mujeres es un mundo en sí mismo: desde sitios únicos como esta piscina natural, hasta snórkel, buceo, nadar con tiburones ballena (de junio a septiembre) y recorridos en bici.
Las dos zonas en que se divide la isla, Playa Norte y Punta Sur, te permiten experimentar la belleza del Caribe mexicano desde distintos ángulos. La primera, -que puedes observar verla desde la Piscina del Rey- es reconocida por su arena blanca y suave asemeja el talco, y por las tonalidades verdes y turquesas de sus aguas que la han posicionado como la más bonita de Cancún entre los viajeros. En cambio Punta Sur, el lugar más alto de la Península de Yucatán, posee un atractivo arqueológico de enorme valor: un templo a Ixchel -la diosa de la luna y la fertilidad-, y hospeda el Museo Subacuático del Arte, donde hay más de 500 piezas de tamaño real hechas de cemento que, con el paso del tiempo, se han convertido en un arrecife artificial.