La nueva variante del coronavirus sigue causando cambios y revuelo: si bien aún no se conoce bien su grado de peligrosidad, lo que desconcierta a los científicos es su alta mutabilidad, por lo que la mayoría de los países comenzaron a tomar medidas desde el 26 de noviembre pasado, incluyendo el cierre de fronteras en los casos de Japón, Marruecos e Israel. Fuera de estas medidas extremas, la mayoría de los países ha decidido sólo reforzar las restricciones de viaje, y ese es el caso de Estados Unidos.

Qué cambió

Aunque hace unas semanas la administración de Biden había levantado la prohibición de entrar a suelo estadounidense a unos 30 países, ahora vuelve a aplicar la medida hacia quienes vengan (aún como turistas) desde Sudáfrica, Zimbabwe, Botsuana, Malawi, Mozambique, Eusatini, Namibia y Lesoto.
Todos los viajeros, extranjeros -residentes o no- y nacionales, sin importar si no están vacunados o si cuentan con el esquema de vacunación completo contra el Covid-19 deben presentar una prueba PCR con resultado negativo que haya sido realizada un día antes del viaje.
Si bien no es obligatorio realizarse un test de Covid al arribar a Estados Unidos, los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) extendió su programa gratuito para los viajeros que voluntariamente decidan realizarse la prueba. Este programa, ofrecido en conjunto con XpresSpa Group y Ginkgo Bioworks, están disponibles en los aeropuertos John F. Kennedy de Nueva York, Newark Liberty de Nueva Jersey, Hartsfield-Jackson en Atlanta y en el aeropuerto internacional de San Francisco. En el caso de XpresCheck, subsidiaria de XpresSpa, la prueba de PCR tiene un precio que va de los 75 dólares a 250 dólares, en el caso de un PCR rápido. Esta empresa se encuentra presente en varios aeropuertos del país, aunque nuevamente vale decir que no es un requisito realizársela al llegar al país.
Las nuevas medidas aplican únicamente para los viajeros que lleguen al país vía aérea.